Estimado conde, siempre te he admirado. Tener dos vidas no está al alcance de cualquiera. Dos vidas, o dos no vidas, es igual. Un tío elegante, que por la noche se convierte en una rata alada para cumplir con tus deseos, o en un perro, o en humo....
Lo de la sangre no me gusta tanto. La sangre tiene un olor dulzón , que se adhiere a las pituitarias durante horas. Pero eso a tí no te importa, es el único alimento que disfrutas.
Dos vidas conde, dos no vidas , que más da. Te envidio, una sola vida se queda tan corta.