sábado, 17 de octubre de 2020

CALABOZO

Acompáñeme. Entrégueme sus pertenencias. Las gafas también. Firme. Firme. Firme. Firme. Apóyese en la pared, separe las piernas. Bien. Sígame.Una verja de hierro con rejas. ¿Quiere ir al baño?. Ahora no. Pase. Coja una colchoneta y una manta de las de la bolsa. Quiere que le encienda la luz. No gracias. Llegué a las doce. Sin reloj sin móvil sin luz el tiempo no existe y sin embargo te aplasta. Nadie tiene interés alguno contigo. Silencio sólo roto por la tos seca en tiempos de covid de un marroquí en la celda de enfrente. Me acuesto e intento levantar la losa que me asfixia. No hay llanto por algo que se espera. Duele. con los ojos cerrados las imágenes vuelan. Rebotan el los párpados en la paredes del cráneo, salen por las orejas y corren como arañas por las paredes. Cinco minutos o cinco horas. Me siento. Apoyo la espalda en la pared y entrecruzo las manos. Una lectura inútil de relajación en tiempos Covid. Concentrarse en el pelo, los ojos, la nariz, la boca, la lengua o el cuello El pecho. Funciona pero no sé si he terminado el recorrido de mi cuerpo. Revienta el bajo vientre. Debía haberme esforzado cuando me han ofrecido ir. Llamo. Nadie escucha a una voz normal. Vuelvo a llamar. Antes que mearme encima me acerco a la esquina. El pequeño río turbio se desliza entre las grietas de las losetas. Lento. Zigzaguea hasta detenerse. Escucho. Espero que los ruidos bajen la escalera y alguien hable conmigo aunque sea en tu contra. Palabras. Luz. Silencio. Oscuridad. Bajan. Nuevas firmas casi a ciegas. Un traslado. Hablar. Soltar el lastre que me consume. Las palabras me han traído y las palabras se me niegan. Más firmas. Descendo al averno identico al averno anterior. GRacias por la luz efímera. Coja una colchoneta y una manta de las de la bolsa. El chasquido de la puerta. Me acuesto. El tiempo pasa hoy no vas a hablar, quizás mañana tampoco. La relajación covid no funciona. Camino. cuento las vueltas a un espacio de dos metros. Caminar aclara la mente. Lo repito decenas de veces. Es una claridad opaca y efímera. Una nube de plomo se abate sobre mi. La bola está en juego. Yo soy la bola, pero yo no estoy jugando. Pregunto la hora. Las nueve. Intento el sueño. Ganar una batalla a la oscuridad y al tiempo. Los corderos no funcionan. la respiración se agita. La conversacion en alto de dos hombres me permite salirme de mi y caer en el sueño. Ruidos me despiertan. Dedo a dedo. sueltos y juntos. Una foto. De regreso al apartamento. Ya no hay sueño. Movimientos de relevo. Unas galletas un zumo una pasta de proteinas. Tres argelinos salen. No regresan. Mi turno. Declarar. Abogada. Silencio u otra noche. Silencio. Traslado. Otra celda. Algo de luz. Un espacio amplio . protocolo covid. Creo que soy mudo. El discurso de otro ha sepultado el mio. Un eco en un cementerio. Gafas, citurón, cartera y monedas. Hasta mañana cuando el discurso de otro terminará de sepultar el mío. Hay que sonreír dice alguien. La conciencia tranquila.Cumplir como siempre.

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