Mientras escribo este relato siento su presencia a mi
espalda. En casa todos duermen. Frente a mi la luz del flexo. Cuando un vampiro
entra en tu habitación la temperatura baja dos o tres grados si ha ayunado, si
llega saciado la temperatura apenas se modifica. Hace frío.
“Antonio buenas noches” “Vlad te esperaba” “Es cierto que
vas a abandonar los relatos” “Sí. Al menos temporalmente” “Me abandonas” “Vlad
tú trasciendes mis relatos, tú perteneces a
Murcia, vas a seguir existiendo aunque no sea a través de mis palabras” “Eso
suena como lo que se cuenta a un niño cuando su madre ha muerto. Antonio no va a
haber más palabras” “Vlad hice una promesa y debo cumplirla” “Los hombre rompen
sus promesas” “Tienes razón, yo mismo las he roto, pero ésta debo cumplirla
Vlad” “Estás misterioso” “Para ti no tengo misterios” “No Antonio. Han sido
ocho meses juntos. A veces he tenido la sensación de que me envidiabas” “¿Envidiarte
yo?” “Antonio…” “Sí. Tal vez sí. Eres un hombre de buen porte. Tienes éxito,
infundes miedo y respeto en los que te circundan” “¿Realmente envidias eso?” “El
porte sí” “Eres muy cabrón Antonio. Yo te he envidiado la vida cada momento. Y
te he odiado” “Ya te dije que aunque estuvieses muy enamorado hay cosas que no
pueden ser. La única forma de regresar a tu forma humana era morir. Morir para
vivir. Vivir para morir Vlad” “Habría preferido la muerte, pasar a la vida
eterna Antonio” “¿Pero acaso la vida eterna, el cielo existen?” “El infierno sí”
“¿Pero el cielo?” “El cielo es la vida Antonio, la vida prestada y frágil que
vives, los sinsabores y las caricias, las risas, los llantos, la vida y la
muerte en definitiva, los momentos excelsos y las caídas. Yo habría muerto por
poder vivir. La vida si se hace eterna es un grillete” “Estamos terminando. NO
sufrirás más” “Pero Antonio, me había acostumbrado a mantener algo de esperanza”
“Tú, un vampiro ¿esperanza?” “O algo parecido. También estuve enamorado” “Sí lo
relaté yo mismo” “Siempre hay esperanza Antonio, hasta en los parajes más
yermos” “¿Incluso en los desiertos?” “La esperanza de las flores del desierto
es muy hermosa” “Estás melancólico Vlad” “Y tú” “Sí” “Pero me parece que me has
citado para algo más. No me fío de ti un pelo” “Sí algo hay” “Puedo sentarme,
llevo más de veinticuatro horas en ayunas y me duelen las rodillas” “Sí por
favor ¿Quieres tomar algo?” “Sangre” “Después. Vlad qué te parecería si
hiciesen una película con tu historia” “Antonio apenas te leen ¿Quién va a
querer hacer una película” “Se ha puesto en contacto conmigo BRam Stoker” “Antonio,
ese tío hace vampiros muy feos” “Por eso se estará interesando. ¡Eh! No me
pegues que soy tu creador. Si escribo en el ordenador que te clavo una estaca
se acaba Vlad ya mismo” “Pero no te burles. No me gustan las despedidas” “Lo de
la película es cierto, pero el director es Santiago Segura, quiere que aparezcas
en la nueva de Torrente, tu conversión en humo les ahorraría mucho en efectos
especiales” “Mira que puedes llegar a ser tonto. Me avergüenzo de que seas mi
creador” “Recreador, ya existías, te he tomado prestado, yo sólo te he trasplantado
a Murcia y te he enfrentado a las delicias de los bancos de sangre” “Estoy
triste. De nuevo quedo en silencio. No sé por cuánto tiempo” “Dame un abrazo
Vlad. Espera me subo a algo que eres muy alto” “Antonio puedo beber un sorbito
de tu yugular” “Claro, la verdad es que tengo mucha curiosidad, pero no te
pases que es tarde y mañana tengo
consulta. No me he duchado. Me ducho antes de acostarme” “Es igual Antonio” “Pero
luego no te quejes” “¿Puedo?” “Sí. Por favor” “Gracias” “Esto hace cosquillas” “Ya
está” “¿No habrás sorbido poco? Sorbe si quieres algo más, me encuentro fuerte
y no sé cuanto más estarás sin comer” “Ya está. Antonio gracias por haberme…recreado,
he disfrutado a pesar de los momentos de dolor” “Yo también Vlad, a pesar de
los momentos de dolor”
Si alguien pasa por la calle verá cómo sale de mi ventana un
humo gris. Después un murciélago que bate sus alas en dirección a Murcia. Me
encuentro débil.
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