viernes, 13 de marzo de 2009

MARIA EUGENIA MORENO MARTINEZ d.e.p

Eugenia tenía una aureola triste. Una sobriedad curtida en mil batallas de una vida que no siempre fue fácil. Siempre seria incluso en la sonrisa, pero a la vez con una sonrisa clara.
Eugenia era firme. Llegó al RAfael Méndez curtida en Hospitales públicos y privados. Quería una licencia para un ejercicio que ya había ejercido.
Eugenia se quedó embarazada, en silencio, sin reclamar ventajas en las guardias. Una mujer luchadora, que no necesitaba de paridad alguna para pelear por su sitio.
Su hijo y la distancia la hicieron cambiar de lugar para su residencia, cerca de su casa, menos coche, menos cansancio, y a la vez la oportunidad de ir labrando su futuro. No sabías que iba a ser tan corto
Maria Eugenia se ha quedado sin futuro. Un loco o un malvado la mató. El maldito 11, de setiembre y de marzo, de nueva York, de Madrid y de Moratalla.
Maria Eugenia ya no está. Algunos recuerdos de ella quedan en nosotros. Desde hace dos días no cosigo borrar su media sonrisa triste de mi memoria.
Algunos de sus órganos han salvado la vida de personas que ella ya no podrá cuidar.
Hasta la vista Maria Eugenia. Ha sido un placer haberte conocido

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una clara definición de María Eugenia. Esa media sonrisa que te demostraba empatía más que felicidad es el recuerdo que permanece en mi recuerdo de ella. La semana pasada hablando con un paisano suyo, me dijo que ella quedó huérfana a los 3 años, a la misma edad que ella había dejado húerfano a su hijo. Un día 11. Nefastos los días 11, para mi el de noviembre del año pasado.
¿Casualidades de la vida? ¿Hay algo que desconozcamos? Tal vez...

Anónimo dijo...

Una pena enorme para su familia y para los que la conocimos. Es cierto su media sonrisa tristona, como predictora de un futuro tan terrible. Ya hace años que coincidimos en la carrera y su cara, sus expresiones, sus palabras, su compañerismo son imborrables en mi mente. En tu blog, Antonio, quiero dejar estas palabras. Gracias.