lunes, 29 de octubre de 2018

MATRIZ

"Los tíos tenías que quedaros preñaos" "Eso no es posible" "Así os sentiríais como nos sentimos nosotras" "Ya quisiera yo" "Ya quisieras tú. Ya quisieras tú" "Ojalá pudiera sentir a mi hijo junto a mí como tú lo sientes" "Ojalá pudieras hacerlo. Ojalá". Por la noche, en el lecho, se sintió raro. Ya antes de acostarse, mientras ella dormía, tuvo la necesidad compulsiva de vestir el neopreno ligero. Le dolía todo. Pensaba que estaba incubando algo, le dolía cada uno de los huesos. Preocupado por no contagiar a su mujer embarazada, se destapó, se acercó al borde de la cama, pero no consiguió incorporarse, ni siquiera consiguió mantener la manta levantada. No tenía fuerzas. Se miró las manos. Las apretó y con una consiguió hacer una bola de la otra y comprimirla hasta donde pudo con unas manos que parecían deshuesadas. Los brazos, las piernas y las costillas. Podía palpar el corazón como si solo hubiese piel. Se formaron arrugas en su piel, las extremidades se replegaron en el tronco como las de las tortugas. Cada plegadura suponía dolor. Y se plegó muchas muchas veces. Su tamaño se reducía, se aplastaba sobre sí mismo, pero su organismo seguía funcionando. Reptó, ruló por la cama mientras se reducía al tamaño de un supositorio. Se movió con la necesidad de llegar a un destino. Una vagina que le pareció enorme. El cuello de un útero entreabierto. Se coló fácilmente dada la flexibilidad que había alcanzado. A su espalda cerró con moco el punto por donde había entrado y reconoció a su lado el bulto apenas forme que era su hijo. Desplegó un dedo y lo intentó acariciar, pero una contracción inoportuna de la matriz lo desplazó hacia una esquina, quedó encajado en la abertura de una trompa. Reptó y se soltó y volvió a acariciar a su futuro bebé. Por la mañana, su mujer lo echó de menos. Palpó. La oyó llamarlo. Correr por toda la casa pronunciando su nombre y quedar desfallecida llorando al sentirse abandonada dos días. No había estado bien. NO le había dejado ni una nota, pero él no había elegido ese destino de escoltar el crecimiento de su hijo en ciernes. Aun no se reconocía el sexo del feto, pero él esperaba que fuese un niño. La mujer denunció su desaparición. Agradeció que a los desaparecidos no los diesen por muertos hasta unos años después. Al darse cuenta de la desaparición del neopreno, dragaron varios pantanos y vigilaron las playas sin éxito. Su bebé crecía. Su mujer que se creía viuda o abandonada. Volvió a ir al ginecólogo. Le notó la cara rara. Le preguntó qué pasaba. Le dijo que había una cosa rara junto al bebé. Nunca había visto nada similar. Tendrían que hacer una amniocentesis por si había algún problema. El se alarmó. Seguro que intentaban ensartarlo con una de esas agujas. Era él. Acaso no lo reconocía. Claro que tan plegado no le extrañaba. El obstetra localizó el corazón del bebé y mostró en la pantalla lo activo de los latidos de un feto muy sano. En dos días le harían la amniocentesis. Tenía dos días para pensar como manifestarse. El médico pensaría que él era un tumor intrauterino, ya estarían pensando en extirparlo. El niño crecía, lo suficiente para invitarlo a chupar un poquito del cordón para alimentarse. Dos días. En un dobladillo del neopreno, encontró una chuleta de morse. Eso había sido muy oportuno. A los dos días cuando volvieron al obstetra percibió en el pulso acelerado de su mujer que le iban a pinchar. Notó la vibración del ecógrafo y comenzó a golpear el útero con un esbozo de su pierna con un SOS. En el exterior el obstetra parecía sorprendido con esos ruidos tan extraños en un tumor de útero. Se trataría de un soplos en un tumor vascular, pero la auxiliar metió los pulsos. a un app que traducía morse."Doctor. Ese ruido es un SOS. Lo repite continuamente" Cuando se supo escuchado se prodigó en palabras. "Doctor, dice que es el padre del bebé que está ahi para cuidar a su feto" "No se burle de mi" "No me burlo. Mire" "Qué pasa doctor" "Hay una señal de morse que dice que es su marido el que está ahí" "La verdad es que desapareció el otro día y no lo hemos encontrado" "Dice que es el que no se preocupe que está muy bien" "Qué alegría, pero ya me explicarás como has llegado ahí" "No me ibas a creer" " Señor ¿Cómo se llama?" "Mi marido se llama Paco" "Paco hágase a la derecha que estoy tratando de ver el sexo del feto" "Dice que no se moleste que tiene un par de güevos y un pinganillo" "Dígale entonces que intente sonreír hacia la luz que les voy a hacer una foto 4 D a los dos" "Dice que en realidad no sabe donde tiene la cara" "Han salido muy guapos. Como se parecen" "Sí señora". Cuando al final del embarazo la dinámica era buena, él mismo empujó el tapón de moco y rompió la bolsa amniótica desde dentro y cuando la dilatación era de apenas dos centímetros, una bola cubierta de neopreno cayó al suelo, y Paco se desplegó hasta alcanzar su tamaño habitual, y justo en el momento del parto, aún con el neopreno empapado de líquido amniótico se volvió a reunir con su hijo con el que siguió muy unido.

domingo, 28 de octubre de 2018

ASCENSOR (3)

Una guardia regular. Las plantas de los pies te escuecen sobre la suela de los zuecos de plástico. Varios kilómetros. Unos miles de pasos.Arriba y abajo de un hospital grande. Por ascensor y escaleras. Llamadas. Marcha imperial una y otra vez. Palpitaciones con la melodía del busca. Respiración honda y silencio para escuchar el mensaje del otro lado del auricular. Notas para no olvidar un nombre o un número de historia. Ni un minuto de paz. Tercera septima urgencias y de nuevo tercera séptima. Ascensos. Puertas que se abren Puertas que se cierran. Cuenta creciente. Cuenta decreciente. "Dios. Estoy harto ya de esta guardia" "No hemos parado. Por lo menos no han sido asuntosmuy complicados" " Pero han sido muchos. Otra vez la marcha imperial. ¿Quien es ahora?" "La tercera de nuevo. Diga" "Dile que abrevie. Ya vamos" "Calla por favor un momento que no oigo" "Cuelga ya. Mejor vamos" "Espera" "Ojalá desapareciesen todos" "Vale. Ya vamos" "¿Adonde ahora?" " A la tercera" "Vamos. Pasa" "Qué silencio" "Sí. Es raro. Teniendo en cuenta que es domingo a media tarde, debería haber mucho más lío" "Y hace un rto cunado hemos venido estaa atestado""La gente es caprichosa. No hay nadie en el control de enfermería. El paciente debe estar más grave de lo que nos han dicho. ¿Donde estaba?" "Trescientos doce. Un trasplantado reciente" "No hay nadie en la habitación. La cama está desecha, pero no hay nadie" "El baño está también vacío" "Se lo habrán llevado a intensivos" "No creo" " "NO está aquí. No está en el baño" "Pero Ast a intensivos se lo habrían llevado en su propia cama y la cama está aquí" "Es verdad. ¿Quien llama ahora?" "Espera. De la tercera" "Pero si estamos aquí. Quizás eso lo explica. Están todos en otra habitación." "Es de la trescientos doce. NO mejora. Me dice que no nos retrasemos" "Pero si estamos en la trescientos doce. Díselo. Tiene que haberse equivocado. O seráen el pabellón maternal" "Insiste que trescientos doce y pabellón general" "No es posible. Dile que compruebe el número de habitación" "Dice te dejes de bromas Ast y que vayamos para allá que no le gusta un pelo el aspecto del hombre" "Yo no entiendo nada" "Yo tampoco. Le digo, mientras nos aclaramos, que llame al internista" "Vale. Otra vez llaman" "Esta vez es la cuarta. Diga. Vamos corriendo" "¿Qué es esta vez?" "Un éxitus. Previsible. Ya está elcertificado" "Vamos. Escalera o ascensor. El ascensor nos ha  metido en esto volvamos a él" "Cuarta" "Nadie. Silencio" "Habitación cuatrocientos veinticinco cama dos" "Mira el cadáver si está. Y amortajado" "Pero las enfermeras y los familiares no" "Me vuelven a llamar de la cuarta. Sí. Me pregunta que si sabemos donde está el cadáver, que han salido las enfermeras, el familiar ha entrado al baño y no está" "Dile que estamos con él en la habitación" "Dice que en la habitación está ella y el familiar que se está poniendo muy nervioso con la desaparición" "Yo tambien me estoy poniendo muy nervioso. Que le diga que el celador se lo ha bajado al depósito. Supongo que con el tiempo todo esto se aclarará" "Llama a centralita que le deriven todas las llamadas al internista que en un ratono vamos apoder atenderlas.¿Quien llama ahora?" "El internista" "Lógico" "Dice que tenemos mucho morro. Que no piensa hacerse cargo de nuestro trabajo. Dile que estamos haciendo una endoscopia muy urgente en el maternal" "Ya está. Ast, ahora qué hacemos tú que estás más acostumbrado a las cosas raras" "Empecemos por recorrer todo el hospital, esta vez bajaremos por la escalera" "¿Y el cadáver?" "Ya tenemos bastantes problemas" Recorrieron una a una las alas del hospital, nadie salvo en el tanatorio. Revisaron y en una habitación apareció un nuevo cadáver. En el exerior las calles estaban desiertas. Todo estaba en silencio. soplaba brisa del Norte. "¿Quieres una café? Creo que nos lo tendremos que hacer nosotros" "Con leche" "Ast y si nada vuelve a su normalidad" "Esa es una buena pregunta. sólo los cadáveres pasan a esta dimensión"

martes, 23 de octubre de 2018

PRUEBA DE MAQUILLAJE

"Es usted nueva por aquí. ¿Qué quiere que le hagamos señora?" "Es para una prueba de maquillaje" "Bien. ¿Una boda, un bautizo, va usted a ser madrina, se va a casar, o quizás una fiesta importante?" "Importante sí y de algún modo una cita" "Quiere que lo adivine. Apuesto por una cena de compromiso. Me equivoco pocas veces" "Esta vez se equivoca" "Entonces...un bautizo. Claro. ¡Qué tonta he estado!" "No la angustiaré más. Quiero que ensayemos el maquillaje de mi entierro" "Soy muy torpe. Halloween está a la vuelta de la esquina. Una fiesta" "No. Yo no tengo edad para ese tipo de festividades. Quiero hacer una ensayo del maquillaje para cuando esté muerta. No quiero que nadie decida por mí. Quiero verme. Póngase manos a la obra" "Está usted ..." "Sana como un roble. Y disfruto de la vida como el primer día si no más. No tema que no me voy a suicidar delante suyo" "Quizás sería mejor que preguntase en su funeraria" "¿Cree que no lo he hecho? El seguro sólo acepta maquillaje postmorten. No me han aceptado ni como paciente privado y le aseguro que le he ofrecido una cantidad  que cualquier persona sensata tendría dificultades en rechazar" "Pruebe en otra. si está dispuesta a pagar tanto seguro que encuentra a alguien" "Lo he encontrado" "Entonces vaya. No pierda el tiempo" "Cree que no he ido. No se ofenda. Tiene muy buena fama, pero entre los vivos" "Cómo me voy a ofender, pero entonces al final no lo ha conseguido" "No. El señor ha comenzado. Me ha acostado desnuda en la mesa de mármol y se ha sentado en un taburete alto a la cabecera. Estaba helada. No se da una idea del frío que da el mármol" "Puedo hacerme una idea" "Pero no ha podido terminar su trabajo. Se ha puesto a gritar. Ha dicho que le daba mal royo que el objeto de su maquillaje lo mirase, le angustiaba sentir el vaho de la respiración en el rostro. Se ha levantado y se ha ido corriendo y me ha dejado tirada desnuda. Ya ve que va a tener que ser usted" "No lo he hecho nunca. Además no sé si llegado el momento con usted muerta, Dios quiera que sea en mucho tiempo, no sé si tendré valor para hacer el trabajo" "Tendrá el valor. Tiene la destreza y tendrá también la costumbre, porque pienso venir dos veces por año a ensayar lo que hoy hagamos" "Buf. Me está poniendo los pelos de punta" "Le voy a pagar muy bien. Con poco más viviría una familia media. Sólo le agradecería que no se muriese antes que yo" "En eso le aseguro que voy a poner todo mi interés. Veamos. Me cuesta visualizar el resultado. Tengo varias imágenes" "Inclínese por una. Las primeras decisiones son las mejoras. Ya. ¿Como me imagina?" "Dormida" "Ja ja ja. Como la bella durmiente del bosque" "Tanto no. Pero relajada" "No. NO es esa la imagen que quiero. Me ha decepcionado con la primera, pero sigo confiando" "Entonces con cara de mala leche" "Eso me gusta más. Seria y con mala leche, pero enfadada no. Sólo seria" "Puedo verlo. Póngase cómoda. Vamos a comenzar. Una buena base de maquillaje. ¿Le hago daño?" "No. siga. Es muy agradable" "Le disimularé las ojeras" "NO tengo tantas""No pero se las disimularé. Así no parecerá cansada. Los labios bien marcados. Este perfilador es estupendo. El pelo recogido. Bien y ahora los retoques. ¿Sabe? Estoy disfrutando" "No sabe cuanto me alegro. Tenía ganas de venir, pero aunque parezco muy decidida no veía el momento" "Ya está. ¿Quiere mirarse?" "Claro. Qué maravilla. Ha hecho un trabajo estupendo. Así quiero aparecer de muerta. ¡¡Ay!!" "¿Qué le ocurre?" "Me están dando muchas ganas de morirme" "Aquí no. Señora . Señora. Llamen una ambulancia"

miércoles, 17 de octubre de 2018

60 PULGADAS

"Nunca he tenido una pantalla de televisión tan grande" "Tampoco tuvo usted nunca un teléfono móvil que le sirva para escuchar música, hacer fotos y organizar su agenda" "Eso es verdad. si me lo hubiesen insinuado hace diez años habría dicho que eso era una locura" "Sesenta pulgadas de realidad" "Pero mi salón no es muy grande" "Póngase usted aquí. Mire" "Se ve bien" "¿Sólo bien?" "Se ve de puta madre" "Así me gusta. ¿Entonces?" "Me lo llevo" "Podemos llevárselo. No le costará nada" "Me lo llevo ya. Estoy ansioso por instalarlo. ¿Es complicado?" "Es todo muy automático. No se preocupe. Si tiene cualquier problema me llama" "Qué amable es usted" "Me excita. Esa pantalla será su mundo desde ahora" "Je je qué exagerado" "Ya me dirá usted. Ya me dirá"

Es tan grande que me ha costado subir la caja. He tenido que ayudarme del antepie para evitar que cayese. Pero ahora que está instalada sobre su peana luce majestuosa.Una ducha rápida. Me preparo la cena y a ver series. 

Me encanta la pantalla curvada. Es como estar en el cine. Parece que participo de la acción. Qué diferencia con la tele anterior. Qué pena. Ya no la recuerdo. Acabo de sustituirla y el nuevo aparato me parece ya irreemplazable. Me he dormido. Es una suerte que el ordenador si no mueves ninguna parte del teclado, para el desarrollo de la serie para que confirmes que quieres seguir. Si no me habría pasado media serie mientras dormía. Una película. No más series. Es tarde pero no encunetro el momento de irme a dormir. sesenta pulgadas. Me parecía gigante y ahora me arrepiento de no haberme hecho  con una más grande. Qué detalles. y de tan cerca. Qué fresco. La mantita. 

Me he vuelto a dormir. Voy muy cansado. Enfrente la imagen fija del Crome Cast que se proyecta si no confirmas que quieres seguir viendo la televisión. Pero esa imagen. Es una imagen familiar. De hecho es mi salon. Qué funcion tan curiosa. Proyecta entre  las imágenes de hermosso paisajes la de tu salón. Es como si la tele se convirtiera en un espejo. No estoy ahí. No es una imagen real. Debio ser grabada en algún momento de la noche o cuando yo estaba. Pero en el suelo está la revista que estaba leyenco hace un instante. Hace calor aquí. Esto qué es mi mano se clava en el suelo cierro es puño y es arena. A mi alrededor una playa paradisiaca entre acantilados. En la orilla cocoteros. El mar azul o verde esmeralda. Tengo sed. Miro a la derecha. Se diriía que hay una puerta enclavada enmedio de la nada. Me acerco y el aire se abre. De la nueva dependencia sale viento fresco. Se cierra a mi espalda. Enfrente sigue estando mi salón. Un río caudaloso. LLovizna. Los salmones remontan la pendiente. Enfrente un grizzlie de más de dos metros. No me mira. en un remanso bebo agua aunque con el fresco no tendo tanta sed. El oso ruge. NO me encuentro ya tan seguro. Miro alrededor. Una cascada. El agua en una zona hace un efecto extraño. Una nueva  puerta, o una ventana. Sidney enfrente de la ópera. Miro en mi bolsillo. Dinero y dos entradas para la ópera. En dos horas comienza la función. Tiempo para toma runa cerveza. Ella se sienta conmigo. Conozco su nombre y conversamos. No sabía que hablara inglés. Enfrente mi salón. La revista en el suelo. A la derecha de la entrada de la ópera, detrás de una cortina el aire festonea. Miro mi salón. Miro la alfiombra roja que conduce a la septima fila. Cuando salga no sé si cogeré la puerta. Pero no atravesaré la pantalla.

domingo, 14 de octubre de 2018

LA MATRICULA

"112 dígame" "Ha habido un accidente en la autovía a Jumilla. Un conductor ha arrollado a un ciclista" "Ya hemos recibido el aviso. si no me equivoco una UCI móvil está ya atendiendo al lesionado" "Ya si los estoy viendo.  Le llamo porque he tomado la matrícula del vehículo huido" "Tiene que decirme su nombre y su teléfono" "Por supuesto, y la matrícula es ...." "Muchas gracias por su colaboración. Es un ciudadano ejemplar" "A ustedes por su servicio".

"Cariño. ¿No te duermes?" "Estoy muy nervioso con el accidente" "Pero sí lo has hecho muy bien. Gracias a ti podrán capturar a ese desaprensivo que se ha dado a la fuga dejando a ese hombre malherido. Llaman a la puerta a esta hora de la noche" "Es muy tarde. Será un error. No voy a ir" "Siguen llamando" "Me levanto. Esto me faltaba para pasar la noche en vela. Un momento. Un momento. Ya voy. Dos guardias. Querrán confirmar la matrícula que les di.  Buenas noches agentes" "Buenas noches señor. Es usted...." "Sí señor" "Es usted el propietario del vehículo con matrícula...." "Sí lo soy" "Un ciudadano ha llamado al 112 porque ha sido testigo del accidente y se ha comunicado su matrícula" "Debe haber algún error agente. Yo iba conduciendo cuando el vehículo que iba delante mío se ha salido de su carril y ha atropellado al ciclista y se ha dado a la fuega. He sido yo quien primero ha llamado para comunicar la matrícula del coche fugado" "El suyo" "No. Como va a ser el mío. El vehículo que ha huido y ha dejado abandonado al herido" "¿Ha bebido?" "Nada agente!" "¿Donde tiene su vehículo?" "Agente. NO me está entendiendo. He sido yo el ciudadano que ha colaborado con la justicia" "Mire el juez ha escuchado el audio del 112 y aquí tengo su orden. siempre será mejor que colabore si no tiene nada que ocultar" "Nada en absoluto. Sólo que estaba intentando dormir con los nervios de haber visto a ese pobre hombre por los aires y al desaprensivo que ha huido" "A veces la gente solo huye por miedo. Uno nunca sabe como va a reaccionar no juzgue tan a la ligera. Entonces ¿Nos vas a enseñar su coche?" "Bajen conmigo al garaje. Aquí lo tienen" "Tiene rota la luna delantera y el faro seño" "Y restos de sangre en la parrilla delantera" "Señor tendrá que aceptar la evidencia. Han avisado y han dado su número de matrícula. Dice que fue usted quien denunció. Nos acompaña a su garaje y nos encontramos estos daños en su vehículo. Daños que son muy sospechosos de un atropello. Señor equivocarse es humano. Conducía usted el coche a esa hora." "Claro se lo he dicho presencié el accidente, pero no fui yo. El vehículo que iba delante mío y huyó" "¿Cómo explica los daños en su vehículo" "No lo sé. El coche estaba perfecto cuando he llegado" "Señor nos va a tener que acompañar. El hecho de que confesase diciendo su matrícula irá en su favor. NO lo estropee resistiéndose. ¿Nos acompaña?" "Cariño ¿qué pasa?" "Un error terrible. Piensan que he sido yo el causante del accidente" "Pero si tú eres quin lo ha denunciado" "Acompañenos. Puede usted guardar silencio" "Cómo voy a guardar silencio con esta broma macabra" "Señor no lo estropee. Le he explicado que esa llamada obrará milagros en su favor. Y lo del ciclista no ha sido muy grave" "Pero" "Señor.."

miércoles, 10 de octubre de 2018

SU MESA

Su mesa señor. Nunca le llamaba por su nombre. Nunca le había dicho que lo hiciera. Dejaba la carpeta o el portafolios y extraía unas cuartillas. Un café solo doble amargo le torcía el gesto al primer sorbo. Muy caliente, que bebía  antes que se enfriase. Miraba al frente al espacio de arena vacío delante de los parterres. Siempre en horas sin niños. No sabía si le gustaban los niños. Adoraba el silencio. La comunicación silenciosa con el camarero de toda la vida. La sombrilla preparada en verano. El sol tibio del otoño. El rincón frente a la cristalera en invierno. Sin decirlo. Sin pedir. Sin dar una orden. Flujo suave y lento.  Ponía las cuartillas en la mesa y afilaba el lápiz hasta que no podía sujetarlo entre los dedos. Unos días escribía. La mayoría solo miraba abstraído al infinito. Un problema de salud le privó de su camarero, pero se notaba que el nuevo había recibido instrucciones precisas. Salvo en el silencio. ¿No se encuentra usted solo? No. Seco y cortante. Sin mal humor. No. Una sola vez. Nunca se había sentido solo. Triste si, pero solo no. En un vacío de puertas que se cierran a tu espalda. clics de pestillos sin eco. Ecos de pasos. Olor a humedad no ventilada. Orden como cuando saliste por la mañana. La gotera de la cisterna resuena por toda la casa. No se sentía solo. Desde niño se había sentido arropado.El simple contacto con el pomo de la puerta de una habitación vacía le hacía sentir calor. En cualquier lugar al que llegaba, aunque fuesen lugares cerrados años encontraba la sensación de un abrazo cálido que no era capaz de explicar. Alguien le dijo que era el abrazo de la soledad. Una defensa de un ser humano frente a las ausencias. Sabía que no. Soledad sí, pero ausencias no. Todo lo contrario. Presencias amables imperceptibles pero cálidas . Afectos puros, sentimientos inmutables, y siempre los mismos, fuese donde fuese.

Su mesa señor. Está muy nublado. En todas las cadenas dicen que pueden llover muy intensamente. Que no cojamos el coche. Claro usted viene andando de casa. Vaya nubarrones. No lo molesto. Su café doble largo muy cargado y sin azúcar. Como le gusta. Me callo. No puedo evitarlo. Voy a recoger el toldo. Así podrá ver mejor el parque desde la cristalera. Está empezando a llover. Fíjese lo oscuro que se está poniendo. El cielo se hizo de plomo. Las nubes se retorcían atormentadas hacia el interior del nubarrón. Oscuridad. Las farolas encendidas. Gotas finas en el suelo. Viento huracanado. Remolinos de las primeras hojas ocres. La gente corre despavorida cuando ven el primer rayo y enseguida un trueno descomunal que sacude los cristales de las ventanas. La nube abre sus exclusas. Un primer chaparrón hace hervir el suelo. Amaina. Un nuevo rayo, un trueno aun más intenso que el anterior y un nuevo chaparrón que deja al anterior en un chispeo. Viento. Ramas de árboles. Ríos de agua turbia buscan terreno entre los parterres. La intensidad sobrepasa el flujo de los imbornales. Nada resta al flujo del torrente. Todo suma. Cada vez llueve más fuerte. Desde su mesa ve la lluvia. Deja el lápiz , cierra la libreta . No va a escribir. La lluvia es un espectáculo extraño en una región seca. Huele. Vuelve  a oler. Evoca imágenes de lluvias del pasado. Imágenes costumbristas, tiernas o tórridas. Más y más imágenes. cuando el chaparrón es más intenso mira al parterre, el agua chapotea y el chaparrón y la humedad dibujan dos figuras de aspecto humano sobre cuyas formas escurre el agua. Las ve transparentes en un traje de agua. Se acercan a dos palmos del cristal donde él mira las presencias que siempre le han acompañado. Sabe lo que va a pasar. Las ve alejarse cogidas de la mano. La lluvia amaina. Desaparecen. Un arco iris doble en cuanto sale el sol. Olor a tomillo y a espliego. El camarero se pone a su lado. Qué bonito el arco iris. Las presencias se han marchado. Abre el cuaderno. Le traigo otro café, este se le ha quedado frío. No es necesario. Sí. qué mas da un café: Se lo debe tomar a su gusto. Habla demasiado, pero sabe hacer un café. Se marcha antes que oscurezca o vuelva a llover. Preparara las llaves del portón y de la puerta. Pasa al fondo a la derecha a su habitación. hace frío. Gira el pomo y hace frío. Solo frío, sin contacto. Se pone cómodo y sale. En cada estancia lo mismo. Se siente por vez primera solo. No sabe si la ausencia de las presencias será temporal. Sospecha que sí.

domingo, 7 de octubre de 2018

EL SELLO

"Es usted muy joven" "Sí, pero eso se cura con el tiempo. Acabo de terminar la residencia" "Tiene pinta de listo" "Gracias. No sé si soy muy listo, pero sí que soy muy trabajador" "El antiguo doctor, que en paz descanse también era infatigable" "Me han hablado muy bien" "El mejor médico de toda la provincia" "Tenía buena fama" "Nunca se equivocó" "Eso es muy difícil en un trayectoria tan larga como la que tuvo" "Mucho. Y ni un error. Los últimos años fuy yo su auxiliar en consulta y se lo garantizo" "Yo prefiero pasar sólo. Ya le indicaré como puede ayudarme más a mi, y más a los pacientes que estando conmigo" "Si le molesto..." "No me molesta" "El doctor dejó el recado antes de despedirse de que le entregara su sello" "Tengo el mío propio. Cada médico tenemos el nuestro. Aunque se trate de un médico joven como yo" "Sólo lo que le digo lo que me dijo su antecesor. Tome" "Démelo. LO tendré en la consulta aunque no lo use como un fetiche, a ver si me da tan buen resultado como el que le dio a él"

No podía entender cómo el médico fallecido podía atender consultas tan numerosas. Siempre terminaba a las tantas. Y no es que hubiese sido un médico poco diligente, cada uno de sus pacientes traía un informe preciso y unas instrucciones exhaustivas incluso en tiempos en que no había ordenadores. Le habría gustado criticar la desgana que el tiempo produce en algunos profesionales, pero no era así. Sólo sentía la vergüenza de verse arrastrado cada día por la marea de los pacientes. Pasaron las semanas, los meses y por mucho que trataba de organizar la consulta, las primeras, las revisiones, las preventivas o las vacunas, aquello no mejoraba, tenía que hacer informes cada vez más escuetos e instrucciones más esquemáticas. Un día, cuando terminó la consulta, rebuscó entre los cajones las llaves del coche. Juraría que las había dejado en el primero, pero rebuscó entre talonarios, tarjetas, recetas sin rellenas y manuales y no las encontró. Abrió el tercero que no solía usar y allí estaban. Al abrir el cajón, al fondo encontró, dentro de un sobre, el sello de su predecesor. Lo abrió. Tocó la madera del mango manchada de tinta azul. Cogió la almohadilla. Lo empapó e instintivamente estampó el sello en un trozo de papel reciclado. Cuando leyó le sorprendió que en lugar de salir el nombre y número de colegiado de su predecesor, se estampó el suyo propio. NO había ningún error. El otro sello estaba sobre la mesa. Volvió el sello que tenía en la mano, leyó los caracteres en relieve y leyó el nombre y numero de colegiado de su predecesor. Volvió a estampar y volvió a aparecer el suyo. Se asustó. Se consoló con la fatiga,  el estrés acumulado, si no mejoraba tendría que visitar al psiquiatra. Metió los dos sellos en el cajón y se marchó. Suspendió todas las actividades de la la tarde que iba a dedicar a descansar.

Por la mañana entró en la consulta. Abrió el cajón y no encontró su propio sello. Estaba seguro que lo había dejado. Miró el listado. Cincuenta citas. Ni un segundo que perder. Recordó la alucinación con el sello del médico fallecido del día anterior. Cogió su sello. Vio los datos del anterior, lo estampó y se estampaban sus propios datos. Comenzaron a entrar los pacientes. Escarmentado, ya en el primero escatimó las palabras en los informes. Aplicó el sello. y cuando lo levantó, el informe era un informe de dos caras perfectamente detallado, y el juicio clínico no coincidía con el que él había emitido. LO leyó y le pareció verosímil. Se lo entregó. LO mismo ocurrió con los cuatro pacientes siguientes. A partir del quinto dio un paso más, después de escuchar al paciente, cogía un folio en blanco estampaba el sello y el informe con diagnóstico y tratamiento aparecía. A la una había visto al último paciente. Justo en ese momento le avisaron de un fallecimiento de uno de sus parroquianos.

Llegó a la casa donde la familia lloraba. Un hombre de ochenta años yacía en la cama. Le mostraron sus antecedentes y no había órgano que no tuviese dañado. Confirmó la muerte y el funerario le trajo el parte de defunción que se antijaba sencillo. Parada cardiorespiratorioa. Infarto. Puso el sello y  se lo dio al funerario quien inmediatamente se lo devolvió con cara de disgusto. Leyó. Causa de muerte asesinato. CAusa antecedente pinchazo con punzón en el ventrículo derecho. Miró a los familiares que le miraron raro. Hizo un gesto al funerario y ambos salieron. Hizo las indicaciones a la pareja de guardias quienes llamaron al juez y al forense que confirmó el delito. Todos felicitaron al nuevo médico que estaba haciendo honor a su predecesor. Y así fue muchos años

jueves, 4 de octubre de 2018

Nido vacío

Media vuelta a la llave. Izquierda y derecha. El resto de llaves tintinean. Se apaga la luz de la escalera. La puerta se resiste . Debería haber cambiado el bombín hace semanas. Separa medio milímetro la llave. Gira y escucha el click. La puerta se abre. De la oscuridad pasa a la oscuridad. Cierra la puerta a su espalda. Palpa en la mesita a su derecha el cable que le conduce al interruptos. Deliza el interruptor. La luz parpadea y no se enciende. El fogonzao lo ha cegado. Desliza la mano hasta encontar la abertura de otra puerta mueve la mano. Esta vez sí el movimiento del interruptor conduce a  la iluminación de la sala. Oscuridad y silencio.  Le falta el aire. El pecho se constriñe y los pulmones parece que le van a asalir por la boca. Hormiguilla en las manos. Otra vez no. Respira. Lento. Repira lento. No le ocurrirá otra vez. Nunca más. Se lo prometió.Controla. Se levanta. Sale.Enciende todas las luces del pasillo. Recorre una a una las habitaciones vacías, desde la puerta. No quiere entrar. Se para en el vano de cada puerta. Cierra los ojos. Rememora imágenes en cada rincón. Imágenes lentas y blanco y negro. A veces entre secuencias detiene una imagen que le resulta grata. Recuerda cosas que había olvidado. Repasa los objetos que permenacen. Evoca objetos que ya no están. Las personas que los habitaban ya no están, o están muy de tarde en tarde. Cuando vienen ahora, ya no usan los objetos. Ni los contemplan ni los miman. Como en un hotel. Quizás de vez en cuando descubren algo que les despierta curiosidad, que les apetece tenerlo en los estantes de su sala de estar, oun juguete vitage que se ha puesto de moda. Y se lo lleban como quien se lleva las bandejas de los hoteles. Deja la chaqueta en el despacho, en el repaldo de la silla de teca. Se quita la camisa y los pantalones. Se pone una camiseta vieja de algodón y e pantalón de un chandal. Alrededor fotos de antiguos moradores. Sonrisas que se fueron. Libros desordenados. Lecturas obligatorias y lecturas libres. Apilados sin orden. Siempre quiso porner en orden aquella biblioteca. El orden. Tan necesario. El tiempo. Pasa demasiado deprisa para poder aplicar el orden. Te atropella. Te arrastra y te deja siempre  mirando atrás, ayer pudiste hacer. Y el presente pasa y el futuro también mientras mirabas el pasado. Y ahora has llegado aqué sin haber cambiado el bombín que lleva tanto tiempo estropeado a una casa vacía que ya abandonaron la mitad de sus habitantes. Tienes habre. Buscas alguna sobra apetitosa. Nada. un poco de pavo y dos rebandas de pan de molde. En un plato. Tienes sed. Dos sorbos. Un poco amargos. Tenías la boca seca por la respiración entrecortada de cuando has llegado. Muerdes. Una media luna se dibuja en la esquina. Masticas. El sabor amargo aumenta a cada mordida. Vuelve a beber agua para poder tragar. Silencio. El pan de molde tiene un tacto untuoso y frío. Escucha. El ruido de uno de los ascensores. Llega. Bebe agua. Toma el bocadillo. coge las llaves y la cartera y sale. El  ascensor en que ha subido sigue ahí. Lo abre y la uerta se cierra en el momento en que se abre la puerta del otro. Baja. Alguien sale del ascensor. Se dirige a la puerta que él ha cerrado. La cerradura falla como a él le ha falaldo. Entra como él ha entrado. Las luces se han quedado encendidas. Escucha nombrar su nombre en el pasillo cuando llega ala primera planta. Gritan sunombre en la escalera. Abre la puerta de la calle y sale. No sabe adonde va a ir, pero no sabe si va a volver.