“Richard te he mandado llamar
porque cada vez me pesan más estos viajes. Fuimos los primeros en guiar reses
desde Nueva York a Arizona. Aquello fue un reto” “Lo recuerdo jefe. Yo era
aprendiz” “Éramos unos locos. Nos miraban de lado. Aquel camino parecía un
imposible, pero lo hicimos” “Tú maestro, tú lo hiciste posible” “Richard no sé cuántos
de estos viajes podré hacer. Tengo los huesos molidos del caballo. Quizás ha
llegado el momento del relevo” “¿Has pensado en mi?” “De momento sólo he
pensado en el relevo” “Lo que tú decidas será lo correcto” “Sí. Ya no hay
Apaches, lo Sioux están en las reservas” “Todo es más fácil ahora” “Siempre
todo es más difícil. No hay indios pero hay ferrocarril, y con el ferrocarril
llega la codicia, los tahúres, las furcias, los prestamistas y los matones.
Todo es más difícil. El mundo ha cambiado y no sé si aguantaré más cambios. Los
cambios me fatigan más que el viaje” “Me tienes para lo que quieras” “Sí. Eres
un buen chico. Siempre lo has sido. Déjame sólo y dile a Francis que pase”
“Richard ¿qué te ha dicho el jefe?”
“Francis el jefe piensa ya en su retirada. Le he encontrado cansado” “Y ¿te ha
dicho algo de en quien piensa delegar?” “Todas las señas apuntan a Paul. Lo ha
mencionado en varias ocasiones y le tiene en mucha estima desde que le sacó del
incidente con los federales. Suerte”
“Francis eres un gran vaquero.
Serio con tu semblante torcido , malencarado y seco, pero no hay quien te iguale
en tu afán, en tu perseverancia y en tu constancia con el ganado. También hemos
pasado buenos ratos juntos” “Sí nos hemos corrido un par de fiestas buenas” “Y
trabajo. También trabajo. Una vez me salvaste la vida. No me olvido”
“Perdóname, pero no recuerdo ese momento". "El segundo viaje caí enfermo en una
ventisca mientras cruzábamos las Rocosas. Sin tu dirección el ganado se habría
dispersado y yo no habría sobrevivido” “Era mi deber.” “Sí lo era” “Te puedo
decir algo que me pesa” “Si te pesa tanto no lo digas” “Tengo que decirlo” “Hay
cosas raras en la contabilidad de las dos últimas entregas” “ El responsable de
la contabilidad es Paul” “No es mi intención señalar a nadie” “No te preocupes
. Después de ti voy a hablar con él. Ya lo aclaramos” “Era mi deber” “Sí”
“Paul el jefe te espera” “¿Qué
quiere?” “Está cansado. Pronto se va a retirar” “¿Te ha dejado a ti al mando?”
“Creo que su candidato más firme es Richard” “No lo puedo creer. si cuando
llegó ya estaba todo hecho. No. No puede ser él. El jefe me va a oír”
“Paul. Amigo. Abrázame. ¿Por qué
estás tan serio?” “Jefe, Richard no tiene capacidad para quedarse al mando” “¿A
qué viene eso?” “Richard tiene sus propios negocios . Vende las reses como
canales. Está haciéndose de una fortuna muy considerable. Pregúntale al
banquero” “Yo lo sé todo” “Mi decisión Paul no va a ser inmediata. La sucesión
será progresiva. Iré formando a mi sucesor en los entresijos del negocio. Los
peligros ya no son las armas y las bestias sino los préstamos y las deudas, los
enemigos no son los indios sino los clientes y los proveedores, nuestra carrera
no es sólo contra el invierno sino contra el ferrocarril. Vete y descansa.
Gracias por haber venido”
“Hola Lolita adónde vas. No te
conocía sin el traje de montar. Estás guapa” “El jefe me ha mandado llamar”
En la cantina los vaqueros
Richard, Francis y Paul tomaron whisky a la salud del jefe. Cada uno convencido
de ser el sucesor.
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