sábado, 26 de julio de 2008

HABLEMOS DE TRISTEZA



Sábado por la tarde. Trabajo. Recuerdos, unos alegres y otros tristes. Según avanza la tarde se afianzan los segundos. Sin rencor. Con muchísima melancolía. Los sabios no se aclaran si la tristeza es mejor contarla o reservarla para uno mismo, pero contarla, o escribirla produce un poco de consuelo. Tampoco se aclaran si eses consuel coincide en el cerebro con el mecanismo íntimo que forja la adicción a las drogas o al juego. Estar triste puede ser agradable, pero en el futuro, cuando la tristeza pasa, también, a ser un recuerdo.

Sábado por la tarde y 10 minutos más. ¡Buenos días mundo!.

1 comentario:

Azpeitia poeta y escritor dijo...

La tristeza puede ser un estadio previo, con el que nos defendemos de caer en la desesperación y en la depresión profunda.
Si esa tristeza alguien es capaz de expresarla y convertirla en algo bello empieza a ser algo importante, se transforma en una Katharsis.
En cuanto a la posible adicción, hay personas propensas a ese estado de ánimo de forma continua...en definitiva es un problema muy complejo...un abrazo muy fuerte de tu amigo azpeitia