lunes, 24 de diciembre de 2012

CENA DE NOCHEBUENA


“Papá me prometiste que no ibas a cenar sólo” “Hija no te he mentido” “Papá ¿No lo habrás hecho otra vez?...Te callas. Lo has vuelto a hacer. Papá sé cuanto querías a mamá, pero eso no es sano. No conduce a nada. Ella no querría eso” “¿Cómo puedes saber lo que querría si ya no está entre nosotros?” “Prometiste que no lo harías” “Hija. Gracias por llamarme. No te preocupes. Estoy bien” “Feliz Navidad papá un beso. Nos veremos en año nuevo”

Tengo el besugo en el horno. Tengo su receta pero no sabrá igual. No entiendo por qué mi hija ve tan raro que ponga el retrato de su madre enfrente mío. Le hablo ¿Y qué? Sé lo que es la realidad y lo que es un deseo, pero prefiero cenar con su foto enmarcada que compartir la cena con un extraño.No necesito ya más gente. Conocí muchos y quedan algunos. No estoy triste. Estoy solo. El hombre nace solo y muere solo. ¿Por qué no vivir también en soledad?. O con ella que ya no está con nosotros. Las escamas ya no brillan cinco minutos más y estará listo.

“Quieres una copa cariño” No espero respuesta. Ella no está aquí pero la siento. Te sirvo un sorbito, si no quieres no te lo bebas. El timbre del horno. El besugo está ya. Lo he comprado muy grande valdría para cinco o seis personas. Mañana los gatos se darán un festín. Esto está ya.¡Qué es ese ruido!. Un chasquido. Estoy solo. La bandeja me quema. Voy a ver qué ocurre la dejaré en el horno.

Amor mío ¿qué te ha pasado?.Te has caído de bruces contra la mesa. ¿Te has lastimado? El caballete del marco es muy endeble. Una corriente de aire. ¿Con las ventanas cerradas?. No pasa nada. No te has hecho nada. Ya te traigo la cena.

Otra vez. Ese tintineo. El cristal se ha roto. Cariño, otra vez. El cristal en  mil pedazos. No te has herido. Tu vaso está vacío. El vino ¿Quién se lo ha bebido? Me estoy volviendo loco. Mi hija tiene razón. El timbre ahora. Te dejo en la cómoda frente a la mesa. Si alguien te ve así podrían tomarme por demente y quizás me encerrarían, tendría que abandonar la casa.

“Hola señor. Soy su vecino de abajo. Nos hemos visto pero nos hemos presentado. Nos hemos quedado sin luz . Las instalaciones de estos pisos son muy viejas. Podría dejarme un fogón. Tengo la cena a medio hacer y tanto la vitro como el horno son eléctricos” “Cuantos sois” “Mi mujer y mi hijo” “¿Queréis subir?. Podemos compartir la cena. Yo tengo un besugo que da para media docena de comensales” “No queremos molestar” “No es molestia” “Enseguida subimos, muchas gracias”

Tú sabías que iban a venir. Siempre te preocupaste de mi vida social. Hasta ahora. Pasado mañana te compraré otro marco que te realce.

Cenaron. Sus vecinos eran personas  muy agradables. Casi todas las personas lo son cuando se las conoce. Al terminar la cena, ya de madrugada los vecinos regresaron al apartamento y comprobaron que el sistema eléctrico funcionaba perfectamente.

No hay comentarios: