domingo, 7 de octubre de 2012

EL DVD


No había terminado de subir cuando ya deseaba bajar del taxi. No soporto el olor a sobaco. Al conductor, ese olor, su olor, no le afectaba.  Una barra de desodorante es algo muy barato, pero para algunas personas parece que tuvieran que conseguir un aval para adquirirla. El taxista se detuvo a la puerta del restaurante. Bajamos los tres mientras Miguel pagaba al taxista. Le esperamos in entrar. Cuando llegó sonreía. “Mirad lo que me ha dado” Nos mostró una edición casera de un DVD con el nombre del pastor que lo había predicado  “Tíralo ¿Qué vas a hacer con eso?”  “No lo tires. A ver si te va a traer el mal fario” “Que lo tires” “Me has hecho dudar. No lo voy a tirar. Luego veo qué hago con él. Sonreímos.

Ya por la tarde poco después de la siesta Miguel apareció en el hall del hotel. Traía mala cara. “Antonio no sé si alegrarme o arrepentirme de no haber tirado el DVD” Estaba serio. No parpadeaba. Él, un hombre tranquilo se mostraba alerta. “¿Qué te ha pasado?” “He sentido curiosidad y antes de dormir he puesto el DVD en el ordenador” Su nuez se ha movido en busca de unas gotas de saliva. “Estás afectado. ¿Qué predicaba ese pastor? ¿El apocalipsis?” “No había ningún sermón” “¿Qué te ha pasado el taxista entonces” “Ha sido horrible” “Enséñamelo. Tengo curiosidad. Creo que no será para tanto” “Pero yo no vuelvo a mirarlo” No volvimos a cruzar una palabra en la habitación. Pasó la llave por el lector. La puerta se abrió. La introdujo en la ranura y se encendió sólo la luz sobre el escritorio. Debajo su ordenador. No había plegado la pantalla. Lo encendió . Puso la clave y se metió en el baño.”No me has dado el DVD” “Lo he dejado puesto. Se arrancará solo” Del baño, con la puerta abierta no salía ningún ruido, era evidente que se había ocultado. El DVD player comenzó a ejecutarse. Unas imágenes celestiales, un sol sobre cielo azul, el ojo triangular y un predicador con un traje gris. “¿Cuándo empieza lo que has visto? Porque de momento sólo aparece un predicador y bastante aburrido, el nombre además coincide con el de la carátula” “Desde el principio , la música y las imágenes, lo he soportado diez segundos pero se me han hecho eternos” “Sal tu mismo. Este tío es cargante pero no para  tanto” “A ver. Eso no lo he visto antes” “Tíralo. Me arrepiento de haberte dicho que no lo tirases. Te has sugestionado” “Si lo hubiera tirado no sé qué podría haber ocurrido” “Ahora eres tú y no el DVD quien me está asustando” “Llévatelo tú si quieres. “Dámelo, ahora lo tiraré. Vamos a cenar”. Me lo eché en el bolsillo lateral de la chaqueta para tirarlo en el primer contenedor que me cruzase. Pero lo olvidé.

Regresamos de la cena algo achispados. La cara de Miguel se había despejado. Sonreía. Las sombras se habían despejado de su mirada. Su habitación estaba dos plantas más abajo. Nos despedimos en el ascensor y seguí hacia mi habitación. Con la sensación de llegar al hogar, por instinto me llevé la mano al bolsillo del pantalón buscando las llaves. Me rocé con el borde de la cubierta del DVD en el bolsillo de mi chaqueta. Pasé delante de una papelera lo saqué pero decidí no tirarlo. Abrí la puerta puse la llave en su lugar y sólo se encendió la luz del escritorio. No recordaba haberla encendido. La limpiadora. La habitación estaba en ordenada. Me puse delante del ordenador. Lo encendí. Dejé el DVD en el lateral. Me quité la corbata y dejé la chaqueta en la percha. Tecleé la clave. Introduje el DVD.  Fui a lavarme los dientes mientras el DVD player se arrancaba. Desde el baño escuché música y ruidos, gritos inhibidos y destellos a mi espalda. Salí. Procedían de mi ordenador. Me acerqué y no me atrevo a describir lo que vi.  Replegué la pantalla sin apagarlo. Ni lo desenchufé ni saqué el DVD. Cogí la americana y me fui a dar un paseo. Me senté en un banco del parque y esperé que amaneciera. Por la mañana me cargué de valor y lo saqué.

No me atreví a tirarlo. No sé lo que podría ocurrir. Lo he dejado en la leja más alta de mi despacho, debajo de una caja de Ikea con documentos. Si alguien lo quiere se lo regalo.

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