jueves, 9 de octubre de 2014

MIEDO

El calor era sofocante en un traje sellado sin ventilación. Comenzó a quitar los velcros que tapaban las cremalleras. De arriba abajo despacio. Después la cremallera. Sentía que se iba a desmayar. Calma. La cremallera . Debajo de la mandíbula la comezón de una gota de sudor que se acercaba al yugulum. El mareo. La sed. La mano impelida por un automatismo rozó el pequeño trozo de piel. Aplastar la gota le produjo un alivio momentáneo. Resopló sólo una décimas de segundo antes de sentir su pelo erizarse. Un escalofrío recorrió su espalda. Creo que no he tocado nada. No seguro que no he tocado nada. Se acercó al contenedor rojo. Se quitó el guante sin mirar, extremando el cuidado del manual. Con el rabillo del ojo vio posarse el látex teñido de rojo en el fondo del depósito. De nuevo el vello erizado, de nuevo la rampa de su espalda. De nuevo el mareo, la náusea, un mareo distinto. No , no pasa nada. Se quitó todo el traje. Se duchó , vertió sobre el hueco esternal povidona, desinfectante y lejía. Teresa sales. Sí salgo ya. Apresúrate que estamos cansadas. No pasa nada. un pequeño roce, sin herida. No pasa nada. Tienes mala cara. Estoy bien. Los malditos trajes dan mucho calor. Y total para nada. El pobre hombre ha muerto. Mañana de vacaciones. Sí.
Por la noche no pudo dormir. Veía una y otra vez el dedo enguantado acercarse a su piel. Se despertaba, las manos e sudaban. Un roce, solo un roce. No pasa nada. duerme. Tómate la temperatura como todos dos veces al día.
Los días de vacaciones pasan lentos. Estás irascible. El guante teñido. O era sólo un reflejo del plástico. el perro se acerca como siempre que te ve triste. Lo aceptas en tu regazo mientras revisas los apuntes de la oposición.
Esta mañana has tenido unas décimas. Sólo unas décimas. Ya te estabas olvidando y el maldito termómetro se encarga de recordártelo. Molestias en la garganta. Todos los otoños te resfrías aunque te vacunes de la gripe. Por la noche igual. El día siguiente comienzas  a encontrarte cansada. No quieres pensar. No puede ser . A tí no. Te arrepientes de haberte ofrecido. Sabes que todo quedará en nada pero el paso del tiempo está siendo angustioso. Por si acaso procuras salir lo justo, cunado la cabeza te estalla tomas el aire. Empiezas a estar débil y a estar triste. Vas al centro de salud. No te preocupes en otoño en estas fechas comienzan los episodios de gripe. Vuelves a casa confortada pero sólo hasta que te vuelves a poner el termómetro. No mejoras estás mala muy mala. Al pasa en tu cuerpo. No quieres ni pensarlo. No quieres ni decirlo. Sólo un guante teñido. Pronuncias el nombre que nadie quiete oír. Te duele decirlo. Te envían una ambulancia. En el hospital te aislan. Lees el miedo en tus compañeros. Encerrada en el box estás aterrada, te encuentras muy mal pero por otro la do encuentras el alivio de que sea lo que sea tus miedos se disiparán... o no. Te trasladan. Otro hospital. Se ha confirmado. No puede ser de otro modo. Sólo un dedo de un guante. La maldita gota de sudor. El mareo. El calor. El calor terrible de los trajes.
Sola. Visitas muy esporádicas para controlar tus constantes. Triste. Van a ensayar tratamientos que tiene riesgos. Alguien te culpa en la televisión por tener miedo. No te agradece que hayas sido tú, podría haber sido otra. Te culpa. Cretino. En tu lugar debía estar. Quizás debiste ser más precavida, pero tenías mucho miedo. Creías o deseabas, O deseabas y creías que ese guante estuviese limpio. Pero al final resultaba que no estaba. Eres una buena profesional. Todo podía haber sido de otra manera. Pero tienes que aguantar las gotas de tiempo confiando en tu mejoría, deseando que nadie más que tú haya sido afectada. Un máster par ponerse un traje. Cretino. Engreído idiota. Perro lacayo.
Me van a cambiar la medicación. He mejorado pero no lo suficiente. Me gustaría sentir una mano desnuda entrelazando mis dedos, una caricia, una palmada de ánimo. No es posible.

(.....)

No hay comentarios: