domingo, 29 de enero de 2012

UNE GOURMANDISE Muriel BArbery



Uno de los pricipales críticos gastronómicos del mundo va a morir, lo sabe. Dedica sus últimos días a buscar el sabor. Pero los sabores no están aislados sino que evocan momentos y personas.






Citaré un párrafo de gran intensidad dramática que traduzco;






"Sus hijos... ella los quiere, por supuesto. Ella ha conocido las alegrías de la maternidad y la educación; y también el horror de haber criado unos hijos a los que su padre no quería, la tortura de verlos poco a poco aprender a odiarlo por desdeñarlos y abandonarlos... Pero por encima de todo, ella se siente culpable porque los quiere menos que él, porque no ha podido, no ha querido protegerlos de aquel al que ella esperaba con toda su energía desplegada, sin que restase lugar para el resto, para ellos... Si yo me hubiese ido, si hubiese podido odiarle yo también, entonces les habría salvado, se habrían librado de la cárcel a la que les había arrojado, esa cárcel de su resignación, del loco deseo por su propio verdugo...He enseñado a mi hijos a amar a su torturador...y yo lloro hoy lágrimas de sangre, porque se está muriendo, porque se va..."






Bella ilustración de los conflictos humanos. La maternidad con el amor al hombre, aunque ese hombre sea el propio padre ( aunque ausente de sus hijos).O quizás la simple inercia de la costumbre y el pánico, el terror por el cambio y la pérdida.






Un libro ligero y recomendable. Difícil de segui en idioma original por la cantidad de giros y exprsiones gastronómicas.



20/1172011 7/10












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