miércoles, 30 de mayo de 2018

LAS BARBAS DE TU VECINO

No se esperaba lo que iba a ver esa mañana. A las cebras del zoo se les cayeron las rayas.. Quedaron blancas como asnos. Se miraban extrañadas sintiendo por primera vez su desnudez. Recuperaron los vídeos para localizar a los autores.Les pareció ver unas sombras que reptaban por el suelo. Llevaron los vídeos al apolicía científica. magnificaron y trataron las imagenes y la hipotesis de los intrusos se deshizo, las sombras no eran más que las rayas que se deslizaban hasta el suelo y desaparecían. Como no enían otra explicación mejor acordaron que la venta de la cebras había sido una estafa y eran burros pintados. Como era la hora de su trabajo nocturno se fue en la bici al zoo. Hizo la ronda antes de meterse en la caseta. Se comío el bocadillo de tortilla con mayobnesa de cada noche. Hizo una nueva ronda y a las dos de la madrugada se recostó en el sillón y echó una cabezada. Al amanecer despertó. La noche había sido muy tranquila, hasta las bestias habían guardado silencio. Paseó con su café en la mano, una última vuelta antes de entregar el relevo. En la pajarera enormde las rapaces vio movimiento extraños. Movimientos por el suelo. ¿Por el suelo?. Allí no había gallinas. Las rapaces no caminan  Como había poca luz enfocó con la linterna. DE la luz se alejaron caminando a pasos cortos y bambleantes cuatro paájaros. Se ahbían colado allí los pingüinos. Imposible, los animales de los mares helados estaban en el local climatizado adaptado a ssu costumbres con la beluga. Volvió a enfocar. Con el rayo de luz en los ojos escucchó el graznido de las aguilas reales con su plmaje negro brillante, pero sin alas. Fataban cinco minutos para la hora, los animales no parecían heridos, esperó al relevo. en la reunión. Espero al final proque le daba mucha vergüenza, y al final lo dijo. el veterinario dijo que ya estaba bien de bromas. Insitió que no era una broma. Cogió el puño de cetrerí y se acercó a la jaula. Sacudió el puño uno de los pájaros se acercó a saltitos. EFectivametne no tenía alas. Bajó el puño al suelo y el animal ocupó el lugar desde el que debería desplegar su vuelo..si tuviese alas. No tenían herida. simplemente las alas habían desapreciod, ni siquiera un pequeño muñón. Volvieron a llamra a la policía. volvieron a revisar las imagenes. En un momento de la noche pluma a pluma , las alas de las rapaces cayeron al suelo y desaparecieron sin dejar rastro. A falta de otra explicación cocncluyeron que una infeccion había conducido a la necrosis de las alas que se hbían desprendido sin dolor dejando a los pájaros en aquel estado. Aquello era de locos. Se fue a cas y durmió todo el día. Ni siquiera comió. Una hora antes de volver a salir cogió el bocadillo que su madre le dejaba y caminó con una sensación muy extañ hacia el zoo. Hizo su ronda. Todo tranquilo, como las noches anteriores. Se comió el bocadillo de tortilla que le supo distinto. Le apeteció un afruita y cogió una de las destinadas a los elefantes y un plátano para  los monos. Hizo una nueva ronda y se recostò en el sillón. Se durmió. Por la mañana encontraron la ropa del vigilante en el sillón, y fvagando por los árboles del zoo un nuevo chimpancé que no estaba catalogado. Nadie sabía de donde había salido. En la cseta del vigilante no había cámaras. pero sí vieron cuando el mono salío de allí. Todos culparon al vigilante desaparecido de los desaguisados anterirores, sin duda se trataba de un traficante. Mejor que se hubiese marchado, por ´´el y por los animales. Cuando el veterinario le hizo el reconocmiento al nuevo mono, no se vio sorprendido del pendientede oro con un pequeño diamante de la oreja izquierda del mono, tampoco de su añillo. El mono estaba sano podía convivir con los otros aunque no se mostraba muy amigable con ellos y siempre intenstaba escapar

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