domingo, 18 de noviembre de 2018

matryioschka

"Me encuentro muy hinchada" "Pero tú te has visto" "¿Cómo lo habías ocultado?" "Ocultado. ¿Qué?" "Mírate. Levántate y mírate al espejo. O no te levantes y tócate simplemente la tripa" Me estás asustando" "No te quiero asustar pero debería verte un médico si no te ha visto ya" ¡Pero esto qué es!Esta no soy yo" "Vamos. Te llevo a urgencias. ¿Cómo no me habías dicho que no te venía la regla desde por lo menos por lo menos seis meses?" "He tendido mis reglas normales. La última hace quince días. Por eso estoy más preocupada todavía"
"¿Qué le pasa?" "Doctor ¡qué entusiasmo! Que estoy muy asustada" "Lo siento pero a las cinco de la mañana, que venga una mujer con un embarazo de siete meses que no ha cuidado , cuanto menos sorprende. Esto es un servicio de urgencias, no un belén" "No puedo estar embarazada" "Sus análisis dicen que sí y la eco obstetricia también. En menos de dos meses parirá" "No le creo. No puede ser. No he estado con nadie hace un año" "Mira que hemos salido y hemos tenido noches de borrachera" "Con nadie pero ya empiezo a notar ardores. Creo que voy  a vomitar" "No se vaya, le ponemos algo. Debe hacer pequeñas tomas, evitar las comidas grasas, pasear y aquí le anoto un fármaco que puede usted tomar"
"¿TE mejoras? Te vas a partir por la mitad con esas arcadas" "Ajjjj" "No consigo aliviarme. Llevo más de cinco horas con esto. Y nada" "Voy a la farmacia a traerte algo" "Qué desgracia. Que´desgracia" "Al menos estás a punto de parir"
En el baño sudaba, se esforzaba en vomitar un estómago vacío. En una arcada terrible sintió como si la mandíbula se le luxara la boca se abrió como la de un Alien sin colmillos y al suelo salió un bulbo del tamaño de un cordero mediano. SE asustó. Se palpó la mandíbula que milagrosamente había vuelto a su sitio. El bulto se movía. Tenía brazos y piernas. Lo limpió con una toalla de agua tibia con todo el instinto maternal del que se pudo proveer. La arropó. La observó. Hasta que aquel ser se puso en pie y pudo contemplar que era una copia exacta de sí misma a una escala inferior. En pie le llegaba por la boca. Tenía su misma voz, sus mismos gestos y sus mismos gustos. Se mostró igual de sorprendida que estaba ella. Llamó a su amiga. Le dijo que estaba bien pero que por favor no volviese que pensaba que estaba incubando algo. Sabía que era muy hipocondríaca y no vendría. Estaba agotada. se fue a la cama y  su vómito, su hija o su hermana o su miniclon la acompaño. Durmieron casi un día. Al despertar su alterego diminuto tenía la tripa tan hinchada como la había tendido ella la víspera. NO se le ocurrió ir la médico. Había sido un desagradable y sabía lo que le iba a decir, además donde iba con una copia exacta de sí misma. Le informó de la situación y comenzó con las arcadas. Le ayudó hasta que la mandíbula se le luxó como a las serpientes y arrojó un bulto igual al del día previo pero más pequeñito. Ya sabía lo que hacer, tranquilizó a su vómito. Se alimentaron y se fueron las tres a dormir. Otras veinticuatro horas y  por la mañana la pequeña estaba hinchada. DE nuevo repitieron los movimientos que se transmitían de unas a otras.Y así ocho días hasta que el resultado fue una copia de ocho centímetros. Al día siguiente la copia, el clon, el vómito forme no estaba hinchado. Todas preguntaron a una "¿Y ahora que hacemos?" La pequeña dijo que debían cerrar el ciclo que se había abierto al revés ingiriendo cada una a la que le dio origen. Esa era la tradición.Era lógico y todas lo aceptaron menos la que les dio origen que no estaba dispuesta de ninguna manera a comerse su propio vómito.La pequeña que era muy mandona dijo que entonces habría que invertir el orden. su boca se expandió como la de un rape e ingirió sin que se quejase a la inmediata. DEspués a la siguiente. Cuando llegó a ella sintió pánico, después con la tranquilidad que da saber que todo está en su orden. Llegó su amiga que ya estaba preocupada. Encontró la cama revuelta y en ella solo una muñeca de madera ovoide de unos ocho centímetros de rasgos toscos pero en los que sin saber por qué se reconocía la cara de su amiga.

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