sábado, 28 de noviembre de 2020

MIRADA (cuentos de antoñico) (3)

Una mirada fija de un niño de siete meses dice más que mil palabras. Un grito callado de una ausencia que se ha convertido en una costumbre. Otra vez. Sí otra vez, y habrá otra y otra hasta...No sé cuando. Debes irte. Nos veremos, en poco tiempo mi calor sentirá el tuyo, dos corazonES palpitarán al ritmo distinto pero coordinado que aprendieron a lo largo de casi seis meses cada día. Sí,menos los días de obligada ausencia por trabajo. Ese tempo de amor tan preciso como el tempo de una orquesta. Tan necesario,tan agradable, tan escaso en estos momentos. Miras. con ojos azules, muy fijo en una distancia que se ensancha hasta dentro de unos días, pero no te preocupes. No te inquietes. NO me voy. Siempre estoy a tu lado, dentro de tu pequeña cabeza en tus pensamientos, me colaré en tus sueños, nadaré entre tus neuronas, como un neurotransmisor para interrumpir tus pesadillas.El negro, la oscuridad se transformará en algodón de azúcar, el miedo a la soledad lo pasaremos juntos de la mano y seguirás tu sueño dulce. Y cuando estés tranquilo cuando agites la tetina de tu chupete, esperaremos que escampe, porque cuando deja de llover, justo cuando los gotas empiezan a parar, debajo de las nubes grises, negras o azules, se forma un arco o dos, que nos señalará el camino hacia el valle de los unicornios.En Murcia llueve poco, no tendremos muchas oportunidades, pero nuestros arcos iris son los mejores del mundo. Pasaremos rápido, en brazos, en el carrito, o si prefieres gateando. En el mundo detrás del arco iris, el cielo siempre es azul, el sol luce pero no quema, la sombra es fresca pero no fría, las personas sonríen siempre, son amables y confían en los recien llegados, te ceden el paso si lo necesitas, te ofrecen abrigo si tienes frío, comida si tienes hambre o agua si tienes sed. Si vamos juntos nos reservarán un lugar muy especial para observar el espectáculo de los flamencos rosas, con sus vuelos rasantes y coordinados, el desfile de las garzas, y por último el trote de los unicornios, el último, la gran estrella el unicornio azul de cuerno dorado que como tendremos sitios tan destacados se acercará a saludarnos, nos mostrará su cuerno mientras con la pezuña levanta un poco de polvo del suelo antes de arrodillarse como muestra de respeto. Sonríes. Sí es muy simpático.Se marchan, mueven sus grupas de forma grácil.Mira de los cuatro puntos cardinales vienen miles, millones de ratones blancos. Se juntan, se amontonan dando volumen a... un elefante...ahora un rinoceronte....un hipopótamo. Deshacen el volumen en una superficie plana que se agita como un campo de trigo con los últimos rayos de sol.Ha sido muy bonito. Sonríes.Duermes. Estás cansado. Muchas emociones concatenadas. Los ojos cerrados, el murmullo de tu pecho. Es hora de marcharse, de salir por la puerta de atrás porque el arco iris, al final de la tarde se ha plegado y yace doblado en un millón de pliegues en un suelo de hielo con reflejos dorados interrumpidos por las pisadas de las pezuñas de tres dedos de los unicornios. Impulso el carro despacio. Te tapo. Duermes. Te cojo la mano,está fría, pero pronto entra en calor cuando pasamos al mundo real donde alguna gente desconfía y miente y siente miedo. Despiertas y me miras. Tu sonrisa se aplana, Me miras y te miro. No comprendes por qué la separación se está convirtiendo en una rutina, yo tampoco, pero a este lado del arco iris no hay ni un solo unicornio. Un beso.

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