viernes, 3 de agosto de 2018

BAJO LAS SABANAS

"¿Estás ahí? No te metas debajo de las sábanas" ¿Se está muy caliente?" "Te pido por favor que no te metas" "A mi me gusta taparme incluso la cabeza. Cerrar los ojos y el mundo desaparece. Siento paz, seguridad, tranquilidad. Estoy tan  a gusto" "Pero yo no. Por una vez podrías hacerme caso. Dormimos en la misma habitación" "No veo en qué te pueda molestar que cuando se apaga la luz, cuando llega ese primer bostezo de sueño, sienta en mi espalda el impulso de encorvarse, ponerme de lado como en la postura del nacimiento, deslizarme centímetro a centímetro, echarme las sábanas por encima, que los ojos se cierren sin que recuerdes el último parpadeo y pasar a ese limbo del sueño profundo" "Eso es lo que no me gusta" "¡Pero yo estoy tan a gusto! No entiendo qué te puede molestar. ¿Tú no duermes? ¿Pasas la noche en vela pendiente de mi" "Sí" "¿Toda la noche?" "Cada minuto" "¡Ni una cabezada?" "Alguna cabezada sí, pero el sueño es aún peor. Mejor no dormir" "Entonces te enfada que yo duerma" "No me enfada" "Me envidias" "No te envidio" "¿Entonces?" "Me siento solo" "Pero aunque duerma, tú no estás solo" "Cuando desapareces debajo de las sábanas sí" "Eso son manías tuyas" "No son manías" "Estoy a metro y medio de ti. con una sábana de algodón blanca que casi se transparenta. Mi respiración, mis movimientos se perciben debajo de la cama. ¿Entonces?" "..." "No hablas. No tienes más argumentos. Ves no tiene sentido lo que me pides" "¡Desapareces debajo de la sábana" "Me tapo incluso la cabeza. Desaparezco pero estoy" "No estás" "Ja ja ja. ¿Cómo no voy a estar?" "DEsapareces bajo las sábanas como si no estuvieses" "TE sugestionas" "No. Desapareces del todo. Como si no hubiese habido nadie ahí" "Qué exagerado. Supongo que lo dirás en sentido figurado" "Es literal DEsapareces como si nunca hubiese nadie" "No estás bien" "Si tienes razón, no sería capaz de reconocer mi error" "Es imposible lo que dices. Te convenceré. Grábame. Muéstramelo y te  convencerás" "Si lo quieres así...."


Se acuesta boca arriba. Mira hacia el techo sin fijar la mirada. Las conjuntivas se humedecen. Bosteza. Ahueca el colchón. vuelve a bostezar. Se gira hacia la izquierda. Un estertor. La mano tira de la sábana. Repta de modo casi imperceptible hasta quedar debajo de las sábanas y entonces desaparece. La sábana y el colchón lisos como si nadie se hubiese estado acostado.

"¿Me crees ahora?" "No sé. Es imposible" "Tú me dijiste que lo grabara. Puedes haberlo trucado" "Soy muy torpe para la informática y los móviles. Sabes que no sabría" "No sé, pero ¿donde estoy?. Adonde he ido. No recuerdo nada distinto de otros momentos de sueño" "No estoy loco" "No. Es todo tan extraño"

Por la noche se acostaron. Esperó el sueño de su compañero, que como siempre, se echó en la almohada, se arrellanó se giró , se cubrió y desapareció debajo de las sábanas. Sintió sueño. Un sueño distinto. Se apoyó en la almohada. ahuecó el colchón. Se giró. Y casi sin darse cuenta también el se cubrió con la sábana.

Por la mañana, su madre subió al cuarto de su único hijo que no se había despertado a la hora de siempre. Abrió la puerta y la cama estaba sin deshacer. sus  ropas y su cartera encima de la butaca.
Instintivamente miró el móvil. Vio el último vídeo estático de quince minutos enfocando la cama contigua vacía

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