domingo, 2 de septiembre de 2018

HIDROMASAJE

El hotel de Salamanca era un cúmulo de buenas voluntades en aras de obtener un cuarta estrella. Sólo buenas voluntades. La papiroflexia habría sido algo más sólido y desde luego más estético. Un collage de un hotel de cuatro estrellas recompuesto sobre unos pisos de vecindad. Sofás de pana y un baño recauchutado, eso sí con una columna de hidromasaje. Detestaba las columnas de hidromasaje. Desde el momento en que pisaba la ducha, la sensación de pisar sobre un plástico hueco le desagradaba. Ssa pisada le encrespaba hasta el último pelo de la nariz. Peor aun el chasquido cuando una segunda pisada posaba el peso sobre la superficie. Se consideró muy afortunado porno tener que ducharse todavía. El inodoro era razonable. No le faltaba más que uno de esos que lanzan un chorro de agua directo al ano para hacerle huir a toda prisa. Pero había hecho una reserva de última hora y la localización del hotel era céntrica. Muy cómoda para visitar en un día o un par de días la ciudad. Respiró muchas veces hondo y despacio, se tumbó y echó una siesta. Era verano. Había olvidado poner el aire acondicionado. Se había levantado empapado, y por instinto llevó la nariz a la axila derecha, siempre la derecha buscando el olor acre que tanto le desagradaba. Puaj. Qué asco. ahora mismo se iba a duchar y poner desodorante. La ducha. No. La columna de hidromasaje. Corrió la mampara ligera sobre un raíl poco preciso. apoyó un pie. Plástico. Apoyó otro pie, plástico frágil Dudaba que aguantase el peso de un hombre de mas de noventa kilos. Cerró la mamapara. Cogió la alcachofa de la ducha, tocó lo que le parecieron mandos, pero no consiguió que saliesen mas que unas gotas absolutamente insuficientes para mitigar el olor de sus sobacos. Repasó todo lo que parecía mecánica. sin éxito. Se dedicó a los dos paneles electrónicos digitales. Pulsó. Y se encendió. Volvió a girar uno de los mandos, dudaba si de un modo distinto al anterior y el agua salió a borbotones. Así sí. Así sí. Cerró los ojos. No estaba tan mal. Los chorros de agua tibia escurriendo por su cuerpo lo estaban haciendo disfrutar.Cuando cambiaba de posición el crujido del plástico le despertó. Cortó el agua y buscó el jabón. A su espalda un dispensador. Echó un chorro y se embadurnó. Cuando terminó  pulsó de nuevo el botón. Salío el agua. Cerró los ojos, pero tuvo que abrirlos porque sintió como si le faltase la respiración. No veía nada. Una niebla blanca cálida y espesa se escurría por cada resquicio. Habría gritado. Pero le daba vergüenza. De todos modos su compañera tenía un sueño muy profundo, de nada habría servido. Estaba entrando en pánico. En un último esfuerzo se controló y atinó a hacer un gesto tan sencillo como correr la mampara. Enseguida la niebla se disipó. Salío de la ducha. Qué gusto pisar el mármol del suelo. Frió, firme, sin quejidos a cada pisada. Se secó, se olió el sobaco de nuevo. Nada que ver. Na da que ver. Volvió a olerlo, ahora sí con delectación, y eso que aun no se había echado el desodorante. Caminó decido por le pasillo de dos metros que le llevaba a la cama, donde su compañera seguía dormida. Distinguió en la media luz de las cortinas echadas su cuerpo acostado de espaldas. Bajó la sábana, le descubrió la nalga la azotó. con el chasquido más que el dolor, se dió la vuelta y lo miró. "¿Tú quien eres?" "Se cuela en mi habitación, me azota y aun me pregunta que quien soy- Márchese ya o llamo a la policía" "Señora" "Señorita" "Señorita usted no debería estar aquí" "Es mi habitación. Es usted quien no debería estar, y menos desnudo, y menos con esas pintas en ella. ¿Acaso no se ha mirado en un espejo?" "¿Oiga?" "Que se marche" "Mire esta es mi habitación" "No puede ser yo no le conozco de nada y es mi habitación" "Mire me he metido a ducharme. He manipulado los mandos del hidromasaje. Al principio no ha pasado nada pero después se ha llenado todo de vapor . He abierto la puerta y aquí estoy. Pero me marcho ya. No se lo diga a nadie. Pensarán que soy un sátiro" "Un sátiro no. Lo que es usted es un genio" "No veo ningún mérito" "No hablo de ese tipo de genio, sino los de la lámpara. El vapor, los agujeros de la ducha. ¿NO le parece muy similar?"." No. Para nada, pero la verdad. Me están dando muchísimas ganas de concederle tres deseos" "¿Lo que quiera?" "No. Tenga en cuenta que si soy un genio, soy nuevo. Póngame unos deseos fáciles" "Los más fáciles: Salga inmediatamente de mi habitación. Márchese. Y no vuelva" "Concedido.¿La puerta?" "La del baño o la de la cale" "La del baño" "Le acompaño. ¿Quiere probarse de nuevo con el hidromasaje?" Bueno . Vale. Pero si me ayuda" "Mire debe pulsar aqui aquí y aquí" Se formó un remolino de vapor que absorbió al genio y lo coló por el sumidero del pie de ducha.

No hay comentarios: