martes, 15 de agosto de 2017

VERTIGO (DOS)

Marzo 2009.Bullas

"¡Dios qué mareo!" "¿Qué te pasa Luis?.¿Por qué cierras los  ojos?" "No me puedo tener en pie. Ya pasa" "¿Qué es esto?. Ese ruido. ¿Un camión?¿Lo has notado?. Ha sido un terremoto" "No he sentido nada. Sólo que estoy bien"

Un mes después. De viaje por l'Aquila.

 "El mareo . De nuevo  el mareo. Y esta vez es terrible. Me echo al suelo o me caeré" "No te preocupes. Estoy aquí. Ese bramido. Otra vez. Un terremoto. Pero este sí es fuerte. Se caen las cosas de los estantes. Se caen los estantes. ¡Vamos a la calle!. Ven conmigo. Qué horror hay casas que caen. Mira la torre de la Iglesia. Veamos si podemos ayudar. ¿Estás bien?" "Sí esta vez ha sido fortísimo" "¿El terremoto?" "También, me refería a mi vértigo. Vamos a ver si podemos ayudar. Otra vez. No esto no puede ser. Ya cede" "Otro temblor" "Ya ha pasado" "Dos veces" "¿Qué?" "Tu vértigo ha precedido al temblor" "Casualidad" "Es raro" Mira una casa que se ha hundido. Parece que hay alguien atrapado"

Septiembre. Murcia

 "Luis. Antes de nada tengo que pedirte disculpas" "Somos amigos. Da por hecho que estás perdonado" "He llamado a un geólogo de la Universidad de Murcia" "Puedes llamar a quien quieras" "Le he explicado lo de tus mareos que anticipan teremotos" "No he vuelto a tenerlos" "Me ha dicho que hay mamíferos y aves sensitivos a los terremotos" "Un ave no soy pero un mamífero sí" "No te cachondees. Está muy interesado" "Me parece bien. Un día lo invitas, tomamos unas cañas y hablamos" "Es más complicado.Él también ha hablado con gente" "¿Y?" "TE ofrecen una beca en Japón.Al Norte de Tokio" "¡Una beca!. Si no terminé ni la primaria" "Serás una especie de Cobaya muy bien pagada" "¿cuanto?" "TRescientos mil euros al año con alojamiento y vehículo" "¿Cuando empiezo?" "En noviembre del año que viene. Quieren tener lista una nueva tecnología" "Es sí o sí"

Y Luis se fue a Japón. Con su vivienda y su lexus. Estudidado y agasajado por los mejores sismólogos. Algunos eran incrédulos, hasta el 11 de Marzo de 2011. Ese día sintió un vértigo como nunca había sentido que le hizo retorcerse por el suelo y llegó a perder el conocimiento. Cuando comenzó, los japoneses le metieron la cabeza en una resonancia. Allí perdió la consciencia. Poco después el temblor que dio lugar al desastre de Fukusima. Apenados por el desastre los científicos estaban alucinados. El primer humano capaz de detectar los terremotos. Observaron que poco antes, una esteatoconia caía de su gelatina sobre los cilios en el utrículo en el caracol de su oido interno. Un sistema tan sencillo. Comenzaron a elaborar teorías y modelos robotizados de detección. Hasta que llegaron los sucesivos vértigos y las sucesivas réplicas, y el centro de terremotos de Japón situó el epicentro del desastre. El epicentro era Luis. De algún modo la reberberación de sus esteatoconías de micras al caer sobre la membrana otoconial desencadenaba por un extraño efecto mariposa la inestabilidad en la corteza terrestre. Cundió la alarma en el centro de investigación de Japón. No sabían qué hacer con alguien de tanto riesgo para la humanidad. Contactaron con la NASA y la CIA contactó con ellos. Trasladaron a Luis sedado y relajado en un avión nocturno a un atolón perdido del Pacífico donde los americanos tenían una base. Estudiaron la posibilidad de emplearlo como un arma: un terremoto en el terreno enemigo podía no tener precio, y el hecho de considerarlo como algo natural daba mucha manga ancha en caso de víctimas civiles. Pero desistieron. Llegaron a la conclusión de que no se podía controlar. La base quedó gravemente dañada en dos de los experimentos. Se barajó eliminarlo, o extirparle el conducto auditivo interno con su caracol y sus huesecillos, pero decidieron que no , la tecnología de hoy no lo podía controlar pero quizás la de mañana sí. Lo mantuvieron confinado en una cárcel con todas las comodidades sobre una burbuja gigantesca de helio que neutralizaba las reberberaciones de sus esteatoconias. Con su hallazgo llegaron a localizar a otras personas que sufrían del mismo mal. Desde hace un mes, le acompaña en su confinamiento una joven sueca ( y él la acompaña a ella). Luis está mucho más tranquilo. No sabe que lo han esterilizado, si la cualidad se potenciase con la de la sueca en un descendiente, podía ser el final de la humanidad. En un futuro próximo, la ciencia médica no sólo acabará con la enfermedad, sino gracias a los otorrinos con los terremotos. La versión oficial es que Luis falleció en Japón de una de sus crisis. Sus amigos lo echan de menos pero no mucho. Su familia cobró una fuerte indemnización y no preguntaron más.

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