lunes, 25 de diciembre de 2017

EL DESGARRO

Te encuentras cómoda en la rutina. Es tu casa. De lunes a viernes madrugas antes que salga el sol.Te sientas en la cama.Agachas la cabeza, con la ilusión de una última cabezada. Apoyas los brazos en el borde del colchó. Bostezas. Te levantas. Estiras la espalda y los hombros. Vuelves a bostezar. Tanteas el suelo buscando las zapatillas que dejaste anoche. Te calzas. Caminas hacia el baño. Te sientas en la taza. Cierras aunque vives sola. Momento relax. Cadena. dos veces porque se encasquilla, tienes que llamar para que la reparen. TE pones delante del espejo. Te atusas el pelo encrespado y revuelto. Agua al a cara. Jabón a las manos. Pasta al cepillo. Dos arcadas cuando el cepillo roza las fauces. Tres minutos de agitación . Enjuague. Agua y ya está. El cepillo para desencrespar mientras miras de reojo el reloj del móvil. Siempre un `poco ajustada pero siempre extremadamente puntual. La ropa. Nunca la preparas por la noche. Esperas a que la mañana te entregue un estado de ánimo, a que la ventana te muestre un rayo de sol o la lluvia, o el viento para elegir las prendas que te van a acompañar en tu jornada. Una blusa amarilla con transparencias, un sujetador beis. Corres a la cocina. Hora del desayuno. Una barra de cereales un vaso de leche con miel y un licuado fruta que tengas más a mano. No es un desayuno reposado. Bebes y ordenas a la vez los cacharros de la cocina o doblas las prendas que sacaste de la lavadora y no requieren plancha. Unos minutos de vértigo preciso. Salvo que un pequeño error te lleve a engancharte con el pomo roto de una de las puertas de los armarios de la cocina. Te hace sentir dolor. Intenso. Un dolor que te lleva casi a la pérdida de la consciencia. Te sientas. Recuperas el resuello. Sientes algo húmedo que chorrea por el brazo. No quieres mirar pero tienes que mirar. Sangre. Tu sangre brota de un desgarro en la piel de tu brazo. Lo hace pausada, se concentra en una esquina y gotea hacia tu blusa amarilla que probablemente se echará a perder cuando quites la mancha. Pero eso es secundario. Compruebas que te has recuperado. Haces dos gestos con las rodillas y sí, soportaran el peso de tu cuerpo. Coges un papel de cocina, lo que tienes más a mano y comprimes. Primero que deje de sangrar. Después ya harás las curas que sean necesarias. Ya no gotea. La bola de papel está empapada de rojo pero no gotea. En el baño tiene el botiquín para desinfectar la herida. NO parece grave, pero has revisado el pomo y después de romperse el filo era como el de una cuchilla. Se sienta de nuevo en la taza. El baño es pequeño. coge la caja de lata en la que tiene lo necesario, ordenado sin haber sido usado. Unas gasas. Se quita el papel y la sangre de nuevo fluye. Comprime con las gasas unos minutos. Calcula cinco o diez.vuelve a separar. De un punto brota la sangre. Comprime en la zona cinco diez minutos. Ya llega tarde avisará, pero es una herida evidente. Si es que consigue controlar la hemorragia. sí la ha controlado. La epidermis está arrugada en uno de los lados de un triángulo de unos cuatro centímetros. Echa agua oxigenada. Escuece. Burbujea sobre la superficie dañada. Seca con la gasa. Junto al desgarro otra incisión, esta profunda. el primer golpe a incidido  más delo que pensaba. El punto del que procedía el sangrado tiene una hendidura de más de dos centímetros. la sangre siempre la ha mareado, debería taparlo y acudir a urgencias, pero es un reto, la sangre no le gusta, la suya  menos, en el botiquín hay una pinza. Coge el borde de la herida, la separa ligeramente y vuelve a echar agua oxigenada. Burbujeo, la seca. Separa como si fuer auna valva quirúrgica y casi sin esfuerzo el tejido se separa y el desagarro se agranda sin dolor. Tiene colgando un desgarro de su cuerpo de diez centímetros y no ha sentido el más mínimo dolor. Lava. Procura no aplicar tracción. El agua oxigenada no le escuece, pero sus dedos se mueven. Seca con las gasas. Toca con la otra mano. Es metal, y cables. Lo toca No hay duda. En el interior de su cuerpo hay una estructura articulada de metal. Le vienen mil pensamientos. El primero que es una pesadilla. No. Está despierta en su rutinas. el segundo un delirio sería incapaz de averiguarlo por sí misma. El tercero un ciborg o un humanoide. Recoge el desgarro, cubre la estructura de metal con las gasas y esparadrapo. No sangra. Comprueba los movimientos de los dedos. Se cambia la blusa manchada y se va al trabajo con una camisa de manga larga. DE regreso En la ducha se quita el apósito para hacer una nueva cura. La cicatrización ha sido perfecta. Cambia el pomo fracturado de la puerta.

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