domingo, 10 de junio de 2018

RED ROOM

"La verdad creía que se trataba de una finca rústica. Una casa en las montañas, rodeado de nieve durante todo el invierno, o al menos si no nieve, lo suficientemente alejado de la civilización" "No había puesto nada de eso en el anuncia. Se nota que es usted escritora" "Bueno. Intento serlo. La verdad buscaba un lugar aislado donde inspirarme" "Un ático en el centro de Madrid puede se todo lo aislado que usted desee" "No me haga reír" "No es ningún chiste. El acceso a la finca está muy restringido" "Pero en cuanto salga me encontraré con el todo Madrid" "No tiene por qué salir" "¿cómo?" "Si lo desea puede no salir en los próximos meses" "Pero tendré que comer o beber o pagar facturas" "Si no quiere no. Podemos darle un precio cerrado y nos ocuparemos de todo" "Pero prescindiría de internet" "Como desee" "Sin internet entonces" "Debe indicarnos qué tipo de dieta quiere hacer, Qué bebidas le gustan para que su estancia sea solitario pero lo más confortable posible" "Soy de gustos frugales"

Quedaba un mes para el plazo. Había gastado todos sus ahorros , y en dos meses encerrada había sido incapaz de cerrar una página coherente. La soledad no estaba funcionando, y mira que la vivienda era una vivienda vieja, los ruidos de  dilatación o contracción de materiales menudeaban. El aislamiento acústico era perfecto, nadie diría que estaban en el centro acústico de una gran ciudad. Al principio intentó seguir un horario de oficina, después Aprovechó las horas de la noche y por último absolutamente al azar, si creía que venía la inspiración escribía. Nada. Paseaba. Recorría los rincones de la casa. Orinaba cuando se ponía nervioso y seguía dando vueltas por el pequeño universo en que había decidido enclaustrarse.Cada semana le traían los encargos, los repasaba y saboreaba la sorpresa que siempre le traían para no caer en el aburrimiento, pero inspiración nada. Pasó tres días sin comer. sólo alcohol. Los escritores alcohólicos aguzaban la imaginación, pero él no.DE madrugada recorrió el piso. Estaba borracho. golpeó la pared hasta hacerse daño en los nudillos. volvió a golpear. La madera se hundió y una parte de la pared desapareció. Una luz rojo azafrán se abrió al salón a oscuras. La música de una caja de música con un tiovivo encima llamó su atención. Frente al tiovivo un espejo, en el que habia, rodeado de vapor condensado, la sombra de una mano. Un ruido a su espalda- Un patín rodó hacia sus pies. Miró de donde había venido y escuchó una puerta cerrarse.. En una pared fotos de niños. Un ruido a su espalda. Se acercó. Nada. Volvió a ver las fotos. Ya no eran fotos de niños sino de jóvenes. Diez muchachos y muchachas. De nuevo el ruido, nada. Volvió a su espalda solo había diez jóvenes. No sabía quien podía  faltar. un nuevo ruido . No cayó en la trampa pero giró la cabeza y al volver a mirar el cuadro , en él solo había plasmados dos ancianos con las mismas ropas y la misma expresión.El de la derecha lloraba. Lágrimas rojas se deslizaban por dentro del cristal . Un escritorio con una rudimentaria máquina de escribir. Escribió . De corrido cien páginas. Salió de la habitación que se cerró con su salida. Apoyó y no consiguió dar con el resorte. Dos semanas después lo rescataron. Había corregido lo escrito, corregido por decir algo. El edito se entusiasmó. Fue un éxito. Le pidieron una nueva obra. Compró el piso y encargó a los decoradores que descarnaran las paredes y que estuviesen atentos a cámaras ocultas. No apareció ninguna. No volvió a escribir

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