miércoles, 8 de noviembre de 2017

SILENCIO

Se despertó. No recordaba haberse dormido. El olor a salitre del montón de redes sobre el que había desacnasado había impregnado su ropa. Ya había amanecido, del todo. A esa hora tendría que estar de regreso con el pescado descargado en la lonja, sin embargo, las redes seguían desplegadas, el barco navegaba recto con el motor a baja potencia y la tierra no se veía. Zurdo, extendió la mano a la palanca pra detener el paso y la mano no le respondió. Debía haber dormido sobre ella, pendía fláccida del hombro, apenas alcanzaba a sentir alguna sensación más de deseo de moverla que de movimiento. La derecha, su mono torpe frenó la navegación. Varias horas. Mar adentro. Quemando combustible sin sentido con las redes desplegadas. Antes de dos millas el combustible avisaría de escasez. Quedar al pairo enmedio del mar aunque sea un mar en calma nunca es una buena idea. La radio. El sol está en su cénit. Es mediodía. La  luz pronto va a declinar. Si han de rescatarle cunatas más horas de día mejor. La mano no mejora. dormida, torpe, apenas algunos pinchazos. Pienda en coger el micrófono de la radio pero no  hay respuesta ni movimiento. La mano izquierda, fuerte pero torpe, la extiende, pero le resulta difícil manejar los botones laterales. Lo consigue. Un chasquido eléctrico un chirrido. Ahora dirá la clave alfanumérica de su radio. Abre la boca. Mueve la lengua. Balbucea. Vuelve a intentarlo, de nuevo balbucea, sabe lo que quiere decir pero no comprende lo que dice. Su cuerpo articula fonemas ininteligibles. ´Suelta el botón. escucha una clave alfanumérica y leen tambien la suya. Le instan a que hable . Le dicen que se mantienen a la escucha. Lo intenta de nuevo, pero su lengua no interpreta los sonidos que necesita para que alguien venga a rescatarlo. Pulsa y gopea el micrófono contra la mesa. Morse. Ya nadie conoce el morse. No hay respuesta. Maniobra el barco. Lo enfila a al costa. El viento es terral. pone el motor en marcha. REcoge las redes, observa la pesca que ahora no le preocupa. Escasa como siempre últimamente. No se molesta en ordenar los peces qeus altan enredados en los hilos. Se siente mareado. No recuerda como se dormió, pero sí sabe que no se quiere dormir ahora. Despertó del otro sueño. Si se duerme ahora el sueño sería quizás definitivo. Se sienta. Toma una botella. La abre con dificultad con los dientes y sorbe. Una ola eleva la popa, Otra ola en sus fauces se cuela en los broquios. Tose. Tos seca con chapoteo de agua como si los pulmones se fuesen a poner del revés. De nuevo el mareo. Se resbala . Intenta retreparse con la pierna pero la pierna no le soporta. Se apoya en las redes y se deja transportar al sueño. LO último que vio fue el reflejo de la puesta de sol. en el cristal de la cabina.

Un golpe le hace rodar. Despierta. Es de noche. El barco ha chocado con algo. Mueve la pierna pero sin fuerza, el brazo sigue dormido. Quiere gritar y farfulla. si son arrecifes está perdido. El barco se escora. Unas cabezas aparcen por la borda. Le preguntan que qué dice pero no comprende lo que está diciendo. En unos minutos los destellos de una ambulancia. unos días de hospital y se recupera. Al segunda día despertó y volvió a escuchar su voz con una cierta torpeza. Le gustó

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