lunes, 5 de febrero de 2018

AMELIE

Lágrimas en ojos canela. Velas aromáticas en la mesilla. Oscuridad cálida. Manos cruzadas en el vientre. Piel de mármol. Al fondo en la cripta. Las sombras danzando a su espalda. Labios fruncidos. Mirada húmeda. Palabras grises y marfil. Oídos insensibles a los sueños. Sueños imposibles cuando se tornan reales. Amelie. En el aire. Ojos húmedos que miran las palabras brotar de comisuras trémulas. Pasos detenidos. Pliegues de sábanas. Palabras confrontadas. Preguntas y una respuesta. Silencio. Hastío. Desesperanza. Contraataque de palabras . Miradas esquivas. Humo de cera. Olor acre. Oscuridad. Fuego. Amelie. Vino . Palabras suspendidas reverberan en el ambiente cálido de velas. Tic tac. Pasa el tiempo. Efímero. Tic tac. Una prórroga. Palabras que se paran detrás de los dientes. A los lados de la lengua, se diluyen en una saliva reseca. Un cigarro se evapora en dos caladas largas. Miradas. Palabras. Tiempo. Una andanada de sueños. El arco iris a la distancia de una palabra. Las palabras se secan y el arco iris se esfuma. Hagamos un trato. Paremos el tiempo. El fuego de las velas deja de danzar. Una noche sin mañana. Un futuro detenido en un presente sublime. Pero el pasado empuja y el tiempo se mueve. Pisa el futuro  y tira de él hacia el presente de las velas. Palabras repetidas una y otra vez resquebrajan los muros del silencio que escucha. De nuevo el arcoiris en la penumbra danzarina del fuego. Tacto. Piel. Silencios y gemidos. Humedades en los ojos. Dolor supurado. Pasión destilada en gotas y en palabras, mezcladas con humo y con sorbos de vino y caladas de cigarro liado. Tic tac. Se acerca la hora en que los zapatos de cristal se convertirán en simples alpargatas. Tic tac. El mármol se convertirá en barro, el diamante en arena, entre nubes de azafrán que se entrelazan con algunos pétalos violeta.tic tac. las velas se consumen una vez el tiempo ha continuado. tic tac. tic tac. La cera. El marfil, El alabastro y la canela. Los zapatos de cristal reverberan. Se levanta del borde del colchón. Amelie en el aire. Pentagrama para las palabras sentidas. El miedo. La pérdida. El hormigón se resquebraja a cada golpe de humedad, pero los hierros que lo forjan evitan el colapso que se hacía inminente. Los zapatos de cristal le aprietan en los pies. El humo le embriaga. Las llamas bailan. La desolación anega los ojos y la humedad se desliza por el rostro. Y se evapora en las palabras que se repiten y se lanzan sobre el hormigón en que se ha convertido el cerumen de oídos ciegos a los sueños reales. Una y otra vez. las velas en la oscuridad. El arco iris que se colapsa y lo levanta con sus gestos. Un arco iris de blancos negros y grises brillantes. Un arco iris invisible a unos ojos ciegos de los sueños presentes. Tic tac. Tic tac. Los zapatos de cristal empiezan a perder su lustre. Un nuevo arco iris blanco gris negro y gris y negro de nuevo. Una nueva mirada . Un nuevo gesto. Las velas, el humo, el vino, la oscuridad Amelie. Ciego y sordo con los zapatos ceñidos a los tobillos amenazando con estallar. Da la espalda. Mira desvaído el ultimo arco iris dibujado con palabras grises. La imagen hermosa de alabastro , canela, gris de humo amarillo de fuego y tristeza. Imagen grabada para siempre aun cuando al salir los zapatos de cristal pierden el lustre y se vuelven esparteñas. El ultimo arco iris gris blanco negro y gris ha caído, pero queda el humo de las velas, las humedades que brotan de la canela y escurren sobre el alabastro. Esparteñas y barro. Atrás queda el arco iris y los sueños.

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