martes, 17 de abril de 2018

JUDAS

"El lo sabía. Cómo no lo iba  a saber si era el hijo de Dios. Lo supo siempre. Pero callaba. No quería contar el final de la historia. Hacer spoiler de su propia exégesis. Era discreto el tío.Desde pequeño, milagros los justos, y sería por poder, el que le diera la gana, pero lo justo.paciente hasta llegar su momento. Y la labia. Cómo convencía, dejabas lo que estuvieses haciendo y lo seguías. Ciego y mudo, por su luz y sus palabras. No recuerdo el día preciso que lo conocí, cuando caí subyugado por su talento. Me sentí bien. En mi sitio, pero segun fue habiendo más apóstoles el ambiente, no lo voy a negar se fue enrareciendo. cuando hay un líder tan carismático, con tanto encanto, tanta tirada, tanto arrastre personal, todos los seguidores aspiran a ser el favorito, y todos no pueden ser favorecidos por la atención del maestro. en eso era muy humano. su Pedro. Siempre su pedro. Pedrito por aquí Pedrito por allá. Qué gracioso que es mi Pedro. Que mira lo que ha dicho  mi Pedro. Qué bien pensado Pedro. Como Pedro no puede venir dejamos la última cena para otro día. Eso no, pero si no hubiese podido venir, el maestro habría  muerto en ayunas, seguro seguro.No se podía soportar. Y no era yo el único. Envidia. sí. De la mala. para eso se inventó la confesión. Y después a seguir envidiando al preferido. Por qué tenía que ser él la piedra sobre la que edificar su iglesia. Por qué, por el nombre, Pedro, piedra qué casualidad. Yo podría haber edificado su iglesia  no en Roma, ese pueblo de bárbaros, sino aquí en Galilea. La iglesia de Israel que se extendería por toda la tierra. Roma. Tuvo que ser Roma, y todo por jorobar a los romanos, que el jefe aunque no lo reconociese les tenía mucha manía. No los podía soportar. para mí que tenía un poco de pelusilla conque los dioses romanos tenían acceso a diosas y a humanas, y el ya adivinaba el futuro que le esperaba en nuestro cielo cristiano, mucho más prístino pero aburrido. Pero así quedó la historia, yo lo vendí por un puñado de monedas. Como si los romanos no supiesen ya donde estaba el maestro. Lo sabían, hasta el último detalle, y no por mí, si yo hablara, la Biblia tendria que reescribirse, pero quedó que fui yo el traidor el que lo vendió por un puñado de monedas. Yo. Necesitaré yo monedas. Rico rico no soy, pero una pequeña fortuna sí que poseo. MOnedas. Solo unas monedas. Si yo hablara. Pero me callaré. De quésirve cambiar la historia. Vale. Fui yo. Lo que quieran. Yo vendí al maestro, y el otro en la gloria. Y Pedro que lo niega tres veces antes que salga el sol. ¡Qué bonito está eso! No quería piedra maestro, toma piedra. Tres veces. Tres, antes que cantase el gallo, muy tristecito, mucho llanto y muchos pucheros pero te negó para salvarse. La piedra, piedra sí, pero pómez, piedra pómez, si hubiese sido yo habría sido de pedernal, no te habría negado ni una, ni una maestro, con lo que yo te quería. Y tú lo sabías, si lo sabías todo, no ibas a saber esto también, y te dejaste y Pedro, la piedra. y yo la traición. Así es la vida, y acaso no fui yo quien más te amó. Veinte monedas. Ya te habían traicionado, uno de nosotros , y no fui yo, pero estaba escrito que yo tenía que llevarme la culpa. Hágase en mi según tu palabra. Amén"

No hay comentarios: