jueves, 9 de febrero de 2012

EN ALGUN LUGAR

Oyó las pisadas y sus ecos avanzar por el pasillo. Suponían la única interrupción del ruido monótono de la caída de las gotas de agua desde al lavabo de la esquina. Pisadas significaba comida, agua y unos minutos de luz. Después de nuevo silencio hasta un nuevo día marcado por nuevas pisadas. Un día dejó de contar los días.

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