viernes, 3 de febrero de 2012

MADRUGADA

Las manecillas del reloj atravesaron la frontera de la media noche. Cansancio. Algo de sueño pero no demasiado. En unos instantes si no te sumerges en el sueño, te activarás y serás capaz de escribir, de leer, de soñar despierto y escribir tus sueños. Sí, tus sueños, porque las realidades vienen un poco manidas. Mejor los sueños y los recuerdos. Es una paradoja que tengas que fundamentar tu futuro en los recuerdos recientes por un presente incompleto de ausencias. Ausencias que esperas poder remediar para evitar un futuro abortado.
Es la hora del silencio espontáneo. Los silencios deben siempre quedar para la noche. Los silencios cobijados por la luz del sol son silencios agresivos y tristes. El sol, la luz son para las palabras para el tacto y el olor.
Las manecillas del reloj pasaron la media noche y cinco minutos. Queda un poco menos para un futuro sin silencios.

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