lunes, 25 de septiembre de 2017

OTOÑO

"Abuelo hace calor. ¿Me puedo quitar la chaquetas?" "Sí. Quítatela que te va a dar una erisipela" "Es otoño. Se supone que tendría que hacer más fresco" "Acaba de llegar. Dale tiempo" "Dos días. Debería estar aquí desde hace dos días" "Eres una niña. Cuando seas mayor veras que dos días más o menos no tienen ninguna importancia" "Me coges la chaqueta" "ESpera te la ato a la cintura" "Me ha caído una hoja" "Ves. Los árboles te han escuchado. En pocos días en cuanto haga una noche más fresca todas estas hojas tomarán un olor ocre y dejarán los árboles desnudos" "Me parece un desperdicio. Formar hojas para que después se caigan y el viento se las lleve" "No se desperdicia nada. Fíjate en el suelo" "Sí" "Hay hojas. Cuando llega la humedad, las hojas se pegan al suelo y bichitos muy pequeños las descomponen y son alimento de esos bichitos y de nuevos árboles" "Pero podría haber hojas continuamente" "No es un capricho. En invierno hay heladas y se forma hielo. ¿Has visto en el frigorífico alguna vez lo que le pasa a una lechuga un tomate o un pepino que se quedan al fondo del cajón?" "A veces se congelan" "¿Y si los dejas descongelarse?" "No lo sé mi padre siempre los tiraba" "Claro, los tiraba porque al fundirse el hielo estaban estorpeados. El hielo los había roto y estaban blandos y su sabor no tiene nada que ver" "De todos modos a mí no me gustan" "El verde te gustará cuando vayas sumando años""No creo abuelo" "Eso mismo le decía yo a mi padre. Si las hojas estuviesen en los árboles cuando se forme la helada, los árboles sufrirían, los árboles renuncian a las hojas, tapan todos los agujeritos para protegerse del frío y así pueden seguir creciendo y restaurándose en invierno para en primavera y verano volver a crecer. Lo mismo que te pasa a ti. " "Yo no tengo hojas" "Pero a que cuando te pones malito, te levantas y has crecido" "Ah. Sí" "¿Tú creces cuando te pones malito?" "No. Yo ya soy muy mayor. Si acaso me pongo más pequeño" "Mira esa nube encima de la montaña. Nos va a llover" "Pero si hace sol abuelo" "Las montañas son muy altas casi llegan a dos mil metros en ese pico el Mentiras, Ves el viento ya arrecia. Vamos a refugiarnos en esa cabaña junto a esta chopera" "Abuelo" "Dime" "¿Eso ha sido un relámpago?" "Sí" "Ah. Me dan miedo los truenos" "Ven conmigo. Aprietate a mi. A que se te pasa. Dame las manos fuerte y tu miedo se me pasará" "Mira como llueve ahora. Y el viento" "Tengo miedo" "Es el otoño que ha llegado. De golpe. Mira las hojas. Los árboles trabajan ahora con rapidez para tapar sus agujeritos" "No los veo" "Es que no se ve. La naturaleza es muy sigilosa. otro rayo. Las manos rápido. Muy bien eres un pequeño valiente" "Ya afloja. Una tormenta de verano. Pero mira que charcos se han formado" "Hace frío" "Claro después de la tormenta refesca" "Puedo jugar con el agua. Sí pero no te mojes mucho. Si no la abuela nos reñirá. Mira ya la veo en la puerta de la casa" "Abuelo. Mira el viento ha tirado esos dos árboles jóvenes, y sin embargo ese más viejo casi sin hojas ha resistido" "A veces la naturaleza se equivoca" "Abuelo ¿cuando volverán mis padres? ¿Los echo de menos?" Un trueno lejano disimula la falta de respuesta. El hombre mira a la casa donde la abuela los espera. No tiene más ganas de hablar.

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