lunes, 11 de septiembre de 2017

MIEL

"Enhorabuena. No sé cómo agradecerle la colaboración con nuestra universidad. Es usted muy generoso. En agradecimiento pondremos su nombre al nuevo salón de actos que vamos a inaugurar. Que inaugurará usted con su doctorado honoris causa" "Un doctorado¿Sabe usted que no  me admitieron?" "No sabía que había querido ser alumno" "No fui admitido. En la entrevista. Quizás fue bueno para mi" "Eso demuestra más aun su generosidad" "Sus estudiantes me la traen floja. Perdone la expresión" "Señor" "Le gusta la cantidad" "Señor" "Podemos negociar a la baja o anularla. Como comprenderá el nombre de un pabellón o un doctorado me traen sin cuidado. Tengo instituciones en cola para lavar mi nombre de los infundios que se están lanzando contra mí" "No se disguste. Un error del pasado. Hemos mejorado" "Le he dicho que me da igual. Firmemos y  mi secretaria le indicará las condiciones del protocolo" "En lo posible" "Y en  lo imposible. No sé si se da cuenta que la línea de crédito que se les abre gracias a mí, les deja en mis manos. Si cierro el grifo me quedaré con todo. Pero no se preocupe. Una universidad es el último de los negocios que me gustaría añadir a mi imperio. Adiós" "Ha sido un placer" "El placer ha sido mío" Gentuza, gandules, sinvergüenzas. Qué falta de trabajar duro. Siempre a la sopaboba, viviendo de las ayudas como pajarillos en un nido. Poniéndose gordos del sudor ajeno. Sus libros, sus viajes, sus congresos del erario público o privado. Ahora seréis míos. Si todo el mundo hubiese trabajado como yo lo hice, ahorrando, invirtiendo, volviendo a ahorrar y volviendo a invertir, este país sería otra cosa, pero todo está lleno de parias.Pero el tiempo pasa. No temo a la  muerte, pero sí a flaquear , a debilitarme, eso es lo que me interesa de esa universidad. No se lo he dicho, pero las investigaciones sobre el envejecimiento me interesan. No me importa morir, pero envejecer..."Jefe  ya he despachado a los univeristarios" "¿Algún problema?" "No, son muy facilones. Han aceptado todas sus antojos incluso he añadido alguno de mi cosecha" "Muy bien. Fastidiémosles un poco. Que se sientan más educados y superiores" "Ha llegado el antropólogo inglés autor del libro que le comenté" "Que pase" "Aquí lo tiene" "¿Habla usted español?" "Sí señor" " Bien. Aunque le pago un dineral , quiero algo muy breve" "Dígame" "En su libro hablaba que determinados rajás de la India, llegaban a perpetuar la juventud hasta edades muy avanzadas. ¿Es cierto?" "Todo lo cierta que puede ser una leyenda señor" "Usted no cree en lo que escribe" "Creo en las leyendas que transcribo, pero en los hechos de las leyendas no tanto" "Bien. En esas leyendas ¿qué hacían para esa longevidad de la juventud?" "Yo también sentí curiosidad y lo investigué antes que usted me contratara" "Dígame" "Según dice la leyenda tenían piscinas de  miel" "Pero cualquier miel" "No . Miel que recogían en las montañas de Khasi, en la zona más húmeda de la India" "Se puede conseguir" "Sí pero la producción anula es de alrededor de diez toneladas" "La compraré toda" "Había un ritual. Se echaba canela seca en rama, y cuatro clavos de especia, El baño lo hacía en unas piscinasde aproximadamente un un metro y medio de profundidad y tres  metros por tres metros. En el centro colocaban un lingote de oro sobre el que ponían los pies y debían recibir la luna desnudos y en soledad . Nadie debía haber en un radio de 500 metros. La duración del baño de unas dos horas. Y la temperatura supongo unos veintiocho grados que es la temperatura de aquella zona. Es todo" "Suena bien y posible. Gracias" "Le recuerdo que es una leyenda que traduje del indi antiguo. Las leyendas son leyendas" "Lo sé. Pero poco puedo perder" Dio instrucciones. Construyo la piscina. Consiguió el lingote de oro que puso en el centro de la piscina. Antes del próximo plenilunio.

Llegó el día. Él mismo llenó la piscina frasco a frasco los dos días anteriores para no ser molestado. Echó la canela y el clavo de especie. En el fondo ya estaba depositado el ladrillo de oro.  Media noche. Luna llena.soledad y silencio. Se introdujo en la piscina con la miel por el cuello. Se movía con dificultad por la masa viscosa y fluida. Alcanzó el centro geométrico. Se subió al ladrillo y  miró la luna. Un reloj de arena enorme marcaría en el borde junto a una vela con olor a sándalo las dos horas. Respiraba . Pensaba. Recorría imágenes de sus pasado, de su infancia y juventud. Sentía ganas de reír. Sintió sopor. La miel lo acunaba. Dio una cabezada, perdió el pie y se sumergió en la masa viscosa que lo engulló. Trató de nadar pero no se desplazó lo suficiente para alcanzar el aire. Aspiró la miel que llenó sus bronquios. Quedó suspendido sumergido e inerte.

Por la mañana su secretaria recibió un correo electrónico del antropólogo inglés. pedía disculpas por la traducción. Obsesionados con la belleza de la juventud, los rajás que hicieron el sortilegio recurrieron a él para mantener su aspecto, pero no la vida. Y depositados en frascos conservar eternamente su aspecto joven con el que pensaban que acudirían al paraiso. Ël según sus deseos fue incinerado.

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