miércoles, 6 de septiembre de 2017

NOCHE DE VERANO.

"Ha empezado a nevar" "Es verdad. Y pensar que hace tres días estábamos en La Manga a treinta y cinco grados" "Parece increíble" "Las montañas que ahora tapa la niebla están a más de tres mil metros. En el refugio estamos  a casi dos mil trescientos. Muy alto""Me estoy helando" "Vamos adentro a las diez apagan las luces" La ventisca arrecia. Sobre los macizos se cruzan los relámpagos "Iba a salir a buscaros. El tiempo va a emporar mucho. Os dejo la llave del refugio. Yo tengo que marcharme. Mi mujer está a punto de dar a luz y si se cumplen las predicciones podemos quedarnos bloqueados un par de días. Si queréis venir conmigo llevo sitio" "¿Qué hacemos?" "Tenemos alimento y agua" "En el refugio teneis víveres para más de un mes. Por eso no os preocupéis" "¿Nos quedamos?" "Sí. Será una aventura" "Ya está. Tengo que irme. Si no el camino quedará intransitable. Cerraron el portón. La temperatura era fría también en el interior. No se atrevieron a quitarse el forro polar. Echaron leña al fuego. Y prepararon los sacos en el suelo justo delante. Afuera los truenos se concatenaban como una máquina de vapor. Las puertas del refugio se sacudían en cada relámpago. El viento huracanado sacudía la montaña, ululaba en el collado entre los macizos. El cansancio les venció y se durmieron.

Despertaron cuando el postigo de una ventana estalló con el golpe de una rama. La ventisca invadió la habitación, el fuego se apagó y la temperatura descendió rápidamente. El agua de los vasos comenzó a congelarse. "¡Cierra esa ventana!" "No me grites. Ya voy. Ayúdame. Dame esa traviesa. Ya está" "Hace mucho frío" "Voy a preparar un poco de café" "El fuego se ha apagado y de los grifos no sale agua. Se debe haber congelado. Tendremos que comer barritas energéticas y consumir nuestro propio agua" "Esto es una mierda. Tendríamos que habernos quedado en la playa" "No me toque los cojones. Eh. NO me toques los cojones" "No me vuelvas a gritar. Me lo dijo mi madre, me lo dijo mi hermano, me lo dijo mi padre y no les hice caso" "¿Qué te dijeron esa cuadrilla de arpías? Dime. Ahora es un buen momento de decírmelo a la cara y no en camarilla" "Que eres un mierda. Y un fracasado me oyes. Y que lo que te pasa es que no tienes güevos para nada" "Claro. Los valientes. Una herencia de la tía abuela millonaria y ellos son los valientes, y los hábiles. Una mierda para tí y para cada uno de los de tu raza" "Cerdo. No sé por qué te hice caso" "Vete. Vete ya" "Me voy. Si" Coge su abrigo, coge la bufanda y sale. Hace menos viento, pero los copos de nieve se siguen colando. Da un portazo. De repente para el viento. Los rayos se alejan. Llora. Se ha ido. Se duerme entre gemidos.

Despierta con la luz que entra por el cristal de la ventana y la claraboya. A lo lejos escucha rechinar la oruga de la quitanieves del guardíán del refugio. Se abre la puerta. "Estáis bien" Se levanta dentro del saco. El otro saco está vacío. "Muchacha. ¿Adonde está tu compañero" "No lo sé. Se enfadó y se fue" "Estáis locos. En la montaña eso es suicida" Sale siguiendo un rastro que el viento y la nieve de una altura de dos palmos han borrado. "Ven aquí. ayudame. Está vivo" Corre. Tiene la cara azul Está adormilado y tiritando." "Vamos a llevarlo al fuego. Llamaré para que lo trasladen. Tiene una hipotermia grave. Sois unos putos locos" Enciende el fuego. Le pone las mantas que tiene. "Túmbate junto a él y abrázale para ayudarle a entrar en calor. Llamo por radio al helicoptero" Ella lo abraza. Fuerte. El tiembla en espasmos, en un temblor y un espasmo tan distintos a los de cuarenta y ocho horas antes. No siente nada con ese abrazo. Ni con la mirada azul de sus ojos claros. Nada. "Me pongo yo al otro lado. En diez minutos están aquí"

La hélices del helicóptero. Baja la barquilla e iza al montañero que no reacciona. Ella se va también. El helicóptero aterriza en el hospital. Arrastran con velocidad la camilla al interior del recinto. La invitan a seguirlos, pero ella declina la invitación. Deja la mochila de él al pie de la camilla. Coge la suya y camina hacia la parada de autobús. Se nubla. Sopla aire fresco que arrastra algunas gotas de lluvia fría. El suelo gris se vuelve negro. En los baches del asfalto las gotas salpican.  

No hay comentarios: