viernes, 15 de septiembre de 2017

BESOS

Siempre nos arrepentimos de los besos que no hemos dado. De los abrazos que no hemos recibido u obsequiado. Nos acordamos cuando ya no es posible de enmendar. Pensamos que tenemos todo el tiempo para hacer lo que dejamos de hacer. En una hora, después, mañana o en un rato. Sorprende la desidia con que los humanos manejamos un tiempo que pasa a cada instante irrepetible. No somos conscientes de la joya, los diamantes diminutos que se escapan entre nuestros dedos para siempre. Hoy he salido de casa y no te he besado. Estabas en la ducha. Yo llegaba tarde. Un adios desde detrás de una puerta. Desde detrás de una mampara de cristal bajo una lluvia de agua. Adios. Una despedida triste. Mis padres. En la mesa el plato medio vacío. Había almorzado. Con gusto sería mi último bocado. Y un abrazo mamá. Un abrazo. Salí de casa y no te besé y no te abracé y ya no va a ser posible. No sé si el consuelo de ser viuda de un héroe te servirá de consuelo. A mí no. Hemos hecho un buen trabajo. El precio demasiado alto que nadie alcanzaría a pagar. El tiempo. Los segundos los minutos están contados. El terrible accidente activó el cronómetro. La explosión. ¿Por qué no llevaron cuidado? Lon ingenieros lo estaban avisando años.Ahora esos mismos taparán sus vergüenzas con las vidas de los héroes. Quizás te he salvado a ti o al hijo recién nacido de nuestro vecino del primero. O a su abuela que me cae tan bien, la que me da dos pastas cada tarde. Salvar a tu mujer a tu familia a tus vecinos hace más sencillo entegar tu propia vida. El ingeniero jefe pidio voluntarios. Él fue el primero. Tiene hijos pequeños. Parecía no dudar, pero se reconocía un tic en su barbilla. Sólo desde dentro del reactor se podía crear una sarcófago para aislar la radiación. Si no lo hacíamos una explosión nuclear era inminente y después la radioactividad. La muerte de nuestras familias del presente y la desaparicion del futuro en nuestra tierra para nuestros descendientes. Fue fácil. Todos entramos , introdujimos el material y cerramos la puerta a nuestras espaldas. Con la puerta cerrada sí ví algunas lágrimas. Mirar hacia delante , trabajar, mientras la temperatura y el efecto de la radiación sobre nuestros cuerpos lo permita. Te comería a besos. TEngo sed. Ya han comenzado los retortijones y las diarreas, mi cuerpo se descompone. Escribo en este papel que meteré en una caja de plomo confiando que alguna vez llegues a leer mis último pensamientos desde Chernobil. Me debilito. No puedo escribir. Adiós. Adiós. Miles millones toneladas de besos que no podré darte. Se feliz. Adiós me queda poco"

"Despierta cabronazo. Despierta no te vayas a  morir ahora" "La central no ha estallado. Hemos salvado el pueblo. Lo hemos salvado" "¿De qué hablas chaval? Estás en el hospital" "Qué . El hospital. ¿Me he salvado?" "Claro que te vas a salvar. Mañana comienza tu trasplante de médula, tu primo ha donado una excelente para tí" "Trasplante. No es Chernobil" "Ja ja ja. El médico le dijo ayer que le van a dar más radiación que en Chernobil y estaba con una pesadilla" "Estaba soñando. Una pesadilla" "Ya vemos" "Atrapado dentro del sarcófago. Era tan real. Era un héroe, pero tenía dudas" "Un héroe eres sin lugar a dudas por cómo estás llevando la enfermedad. Mañana empieza el baile. RAdio y quimioterpaia . Tus defensas por los suelos. Estarás varios días aislado. Por eso nos han permitido estar contigo hasta mañana. Después nada sin mascarillas o trajes estériles, ni personas ni comida" "Dadme la mano. Abrazadme. Os quiero tanto" "Muchacho cómo te has despertado. Quita" "¿Y Lucía? Tengo que decirle lo mucho que la quiero" "Lucía no va a poder venir. Está.... muy liada...el trabajo. Ha dicho que te llamará en cuanto pueda"

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