martes, 30 de enero de 2018

MALA

Ya está bien. Qué buena eres. Eres un sol. Eres una bendición de Dios para tus papás. Qué hermosura de chiquilla. Y venga palmadicas en la espalda o cachetes o pellizcos en la mejilla. Y adiós. Menos felicitaciones y mejor algún obsequio, o una invitación a un viaje, o a la playa. No, en reyes ropita, en santo y cumpleaños más ropita, al final del curso ropa interior y unos zapatos, pero ni bicicleta, ni videoconsola, ni teléfono móvil normalito, que no pido yo un iphone .Soy muy buena niña, inteligente y estudiosa ayudo a cruzar a las ancianas y cedo el sitio en el bus a los viejos y a las embarazadas pero estoy ya hasta el mismísimo coño. Buena. Soy buena, Soy superwoman en bondad, pero se acabó. ¿De qué me ha servido? ¿Qué beneficios he obtenido? Nada. Desde hoy mala. La más mala de todo el colegio, el terror del barrio, la más temida del municipio.

Arrancó de la pared los nombramientos de alumna de la semana de las últimas diez semanas, ella, ella , ella y de nuevo ella.  Los destrozó en pedazos minúsculos que arrugó. Iba a echarlos en el reciclaje, pero ahora era mala, los envolvió en una toallita y los tiró en el retrete. En el telediario había oído hablar de los efectos nefastos de las toallitas en los alcantarillados. Entró en clase. Su pupitre inmaculado. Cogió un rotulador indeleble y lo llenó de grafitis. Cogió un cutter y desconchó los bordes. Miró alrededor para cerciorarse de que era el pupitre más impresentable. Cogió un punzón y rayó todas las taquillas. SE apoyó en la pared y apoyó la pierna que antes había pisado el barro. Vertíó agua encima de las taquillas de los profesores para empapar las batas. Metió un gato en el aula de química. Los subió en lo más alto. Cuando el animal saltó derribó varios vasos de precipitación y algunos matraces. Estaba muy satisfecha del giro de su vida. Le resultaba divertido. Los alumnos pequeños la miraban con pavor unos, con admiración sincera otros. Pero no estaba todavía satisfecha. Había  sido mala con la cosas. Había dañado o roto cosas, pero en genérico. Si quieres ser realmente malo debes hacer el mal a sabiendas y además saber a quien se lo haces y que se lo haces porque quieres. Todo lo anterior era un ensayo. Así la expulsarían del instituto y sería su consagración. Miró a su alrededor, todos estaban en clase. Entró un alumno mayor, no lo conocía, tenía un aspecto muy normal. Dejó la mochila junto a la escalera que bajaba el piso superior y que desembocaba en el corredor de la calle y salió con calma. Era su momento. Esperó. El alumno no volvía. Había dejado su mochila. Ese alumno despreocupado iba a ser su víctima. Iba a ser el verdugo de la mochila. La cargó a espaldas. Le sorprendió que era muy pesada. Salió por una puerta lateral. Se deslizó junto al muro del colegio y en un ángulo muerto de todas la ventanas. Corrió hacia la balsa llena de carpas naranjas . Se rió a carcajadas. Pensó en el rostro del muchacho y volvió a reir. Tiró la mochila al algua. Y regresó al colegio. Quedaban cuatro minutos para la hora de salida.Cuando llegó al colegio, sonó la alarma de salida. Decenas de alumnos bajaban atropelladamente por la escalera y por el coredor. Dos minutos después de la alarma una explosión enorme en la balsa que llenó de carpas todo el patio. La onda expansiva derribó a todos los alumnos al suelo. Muchos sufrieron daños en los tímpanos. Excepción hecha de las carpas, no hubo muertos. La policia acordonó la zona. Con el olor supieron que era explosivo militar. REquisaron las cámaras. Identificacon al culpable y a la niña que heroicamente con riesgo de su vida había llevado la mochila a la balsa, evitando una carnicería. La felicitaron. Volvieron a ponerla en el cuadro de honor, y lo mejor fue que un supermercado local la obsequíó con toda la ropa que necesitase en el próximo año.

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