domingo, 10 de junio de 2012

TERMINAL 4


El vuelo IB5678 va a comenzar a embarcar en 5 minutos.

En la terminal 4 de Barajas. Esperando un vuelo sin regreso a Guinea.

“Eres un cagao. Te paseas por el pueblo. Donde veas un hoyo o un cartel preguntas. Das una señal y antes de terminar le das el pase” “A mí eso me da miedo” “De ese modo nunca vas a sacar los pies del plato” “Cariño hazle caso a tu primo. En El Corte Inglés tienes un sueldo pero ya está. Nos hace falta cambiar de coche”.

“Ves qué fácil. Con el miedo que tú tenías. Doce mil euros en dos meses. Sin escrituras, sin IVA. Calentitos a tu bolsillo. Cómprale algo bonito a  tu mujer” “Nunca había tenido tanto dinero en mis manos” “Un amigo hace una promoción aquí cerca. Los precios han subido, ahora bien, la zona es inmejorable y los pisos ya verás se los quitarán de las manos. ¿Si quieres mañana hablamos con él?” “Dime la hora. Esto es como coger manzanas maduras”.

“Me ha llamado tu amigo que tengo que pasarme a firmar la hipoteca” “A mi también” “Creo que lo voy a dejar” “¿Vas a perder la señal?” “Si no tengo otro remedio” “ Esos pisos valen mucho más de lo que nos han costado. Es cuestión de paciencia y le sacaremos una pasta como hemos hecho siempre” “De momento, tu amigo cuando me ha llamado no tenía un tono de mucha paciencia” “Es normal que esté nervioso, los promotores funcionan con créditos y los bancos les aprietan. No te apures cogemos la hipoteca y después vendemos” “¿Y si no vendemos” “En el peor de los casos ¿has visto el precio de los alquileres?. Los pisos se pagan solos”.

“No tendría que haberte hecho caso María. Ahora no hacemos más que pagar letras de un piso que no necesitamos y otra comunidad e impuestos” “Yo no te obligué” “Yo no quería hacerlo pero me lo pusisteis tan fácil” “Te repito que yo no te obligué. Mírame. Yo también me estoy privando de cosas. Y tú ni te has dado cuenta” “Me engañásteis” “Eres un cobarde. Eres lo peor. No te aguanto” “Me voy” “Adiós”

“Estás muy despistado últimamente. Varios clientes se han quejado de tu desatención. En estos tiempos de crisis, con las ventas en caída libre no nos lo podemos permitir” “Lo siento. No volverá a ocurrir. Tengo muchos problemas” “Lo sé yo también lo siento. Al acabar pásate por la oficina. Lo siento”

“¡Papá no me agobies. Tengo cuarenta años¡No me agobies!” “¡Sólo te pido que no vuelvas a casa en esas condiciones!.”

Su padre tenía razón. Sin ilusión, pero en Guinea quizás le esperaba algo de futuro.


No hay comentarios: